El presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, presidió hoy la misa por las mujeres que trabajan en los comedores comunitarios, realizada en el santuario de la Virgen de Caacupé y San Blas, en jurisdicción de la diócesis de San Justo, partido bonaerense de La Matanza.
En su homilía, monseñor Ojea expresó: «Este homenaje es para las cocineras que alimentaron a cientos de miles de personas en la pandemia, y que hoy se encuentran al frente de todos los comedores en la República Argentina».
«Cómo nos ha pegado la globalización de la indiferencia», lamentó asimismo, y recordó: «Yo también soy responsable de las necesidades de mi hermano, no me puedo desentender».
«No nos podemos confundir, y menos en una emergencia y en una crisis», planteó.
En la misa, se expresó además la necesidad de una opción por un plan nacional alimentario, que pueda asegurar la llegada de comida a todas las familias argentinas que lo necesitan.
«Estamos trabajando para no entregar nuestros barrios al narcotráfico, para no entregar nuestros barrios al enemigo que se constituye en dueño de nuestras vidas y que va formando un ‘estado’ dentro de otro Estado. Estamos a tiempo, hay tanto que hacer, tanto que trabajar, cada uno tiene que mirar su responsabilidad. Nuestras mujeres se encuentran con estos chicos y estas chicas, y a veces también se encuentran con adultos», subrayó Ojea.
Y expresó: “Hoy es tanta la confusión en muchas situaciones en nuestros barrios que a veces la gente se enoja y viene enojada a pedir comida. No lo vemos solamente en nuestros barrios, lo vemos también con personas en situación de calle. El otro día me decía un señor que trabaja durante la noche recorriendo la ciudad para dar de comer: ‘Padre, me arrancan la comida, ahora me arrancan la comida, no me esperan’”.
Todos los que participaron expresaron que la liturgia fue un momento en favor de la unidad y de la vida, y que se rezó también por todos los argentinos y argentinas que más lo necesitan.
La Eucaristía fue concelebrada por los obispos Juan José Chaparro CMF (Merlo-Moreno), Marcelo Margni (Avellaneda-Lanús), Eduardo García (San Justo), Jorge Torres Carbonell (Gregorio Laferrere), Gustavo Carrara (auxiliar de Buenos Aires) y Oscar Miñarro (auxiliar de Merlo-Moreno).
En la misa, también estuvo presente el equipo de sacerdotes que viven y trabajan en las villas y barrios populares porteños y del conurbano bonaerense.
Al finalizar la misa, monseñor Ojea, acompañado por los obispos, bendijo las manos y la vida de las mujeres que fueron honradas en la celebración.
Luego de la Eucaristía, las cocineras de los comedores que estaban presentes recibieron, como símbolo de unidad y hermandad, una banda con los colores de la bandera argentina.
Como cierre de la ceremonia, los curas de villas y barriadas leyeron el documento «Con la comida, no», donde expresan que, «así como la bandera argentina flamea en todos los rincones de la patria, queremos que a ningún hermano le falte el pan. Es tarea de todos».
Al mismo tiempo, en estos días se están celebrando misas en diversas comunidades del país, en las que se reza con las mismas intenciones.
Cadena 3