La Iglesia argentina avaló el mensaje del papa Francisco sobre la crítica situación que vive Venezuela. Al respecto, la Conferencia Episcopal señaló hoy que «la Santa Sede no acostumbra históricamente a condenar concretamente a este Gobierno o este otro» en relación a un supuesto respaldo papal al régimen de Nicolás Maduro y destacó que el Sumo Pontífice insistirá en su rol de mediador entre el gobierno venezolano y la oposición para «que no haya un baño de sangre y para que haya una verdadera reconciliación».
Por medio de un mensaje oficial emitido a su regreso del encuentro de la juventud católica mundial realizado en Panamá, adonde acudió el Papa, el obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, monseñor Oscar Ojea, remarcó que «la Santa Sede y su diplomacia tradicionalmente, se colocan en un plano y en un lugar, que se les permita poder acudir en caso de que se active el diálogo».
De esta manera, el máximo representante de la Iglesia argentina avaló la idea del Papa de llamar al diálogo «recordándonos a nosotros el llamado a la oración para que no haya un baño de sangre y para que haya una verdadera reconciliación y el conflicto se pueda arreglar y se pueda solucionar con una salida hacia adelante».
En esa línea, Monseñor Ojea afirmó que «el Papa no quiere perder ese lugar» de mediador y se mostró apenado cuando al regresar de Panamá percibió en Buenos Aires que «el problema estaba concentrado en si el Papa condenaba a Maduro o no, eso era lo único que interesaba».
Para el presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, el Papa se encargó de aclarar esto, en el viaje de después, en el avión donde lanzó aquella polémica frase donde dijo que temía «un baño de sangre en Venezuela» y que era muy pronto para que él tome partido, porque eso podría causar más daño.
En las últimas horas, Maduro le envió una carta al Papa pidiéndole ayuda para entablar un diálogo con la oposición. En la misiva, el líder chavista dijo que esperaba «una respuesta positiva» que facilita las conversaciones con los sectores que exigen su salida.
Para intentar dejar en claro que la posición del Papa no difiere de la de los obispos venezolanos, muy críticos al régimen de Maduro, monseñor Ojea remarcó en el comunicado oficial que en Panamá tuvo oportunidad de conversar con hermanos obispos de Venezuela y la postura de ellos «es claramente complementaria con la del Papa».
Además, detalló que «la Santa Sede no acostumbra históricamente, a condenar concretamente a este Gobierno o este otro Gobierno. La Santa Sede y su Diplomacia tradicionalmente, se colocan en un plano y en un lugar, que se les permita poder acudir en caso de que se active el diálogo».
Así, Ojea recordó que el Papa fue llamado para mediar en Venezuela, la mediación fracasó; estuvo el cardenal Parolin, pero fue llamado, y «sigue queriendo colocarse en la misma posición, recordándonos a nosotros el llamado a la oración para que no haya un baño de sangre y para que haya una verdadera reconciliación y el conflicto se pueda arreglar y se pueda solucionar con una salida hacia adelante».
Ojea participó de la Jornada de la Juventud presidida por Francisco junto a los obispos de la Argentina monseñor Minarro, Nannini y Cargnello.