Heimir Hallgrimsson fue el gran artífice del impensado presente que atraviesa la selección de Islandia, equipo que representa a un país con 300 mil habitantes, mucha menos gente de la que se aglomera en la mayoría de los distritos del Conurbano.
Con 50 años, será el entrenador de una selección que hará su debut en los Mundiales y tendrá como rival en el primer partido a Argentina, el 16 de junio en el Otkrytie Arena, estadio del Spartak de Moscú.
Sin embargo, todos esos datos no consiguen superar la insólita situación que se esconde detrás de Hallgrimsson: alterna su tarea al frente de primer equipo con su profesión de odontólogo.
«Incluso ahora que soy entrenador único y de tiempo completo, todavía vuelvo a casa y alguna que otra vez hago un poco de odontología», señaló en una entrevista con FIFA en el pasado. «Así soy yo: a algunos entrenadores les gusta jugar al golf en su tiempo libre y a otros pescar… Yo voy a mi consultorio dental y me distraigo del fútbol por un tiempo», advirtió sobre la superposición de profesiones.
Hallgrimsson se inició como asistente de Lars Lagerbäck y luego de la histórica participación en la Eurocopa 2016 –arribó a cuartos de final– se transformó en técnico principal. Se apropió del Grupo I, por encima de Croacia, Ucrania y Turquía, entre otros, obteniendo el boleto directo a Rusia 2018.
Como si esta serie de particularidades no fuesen suficientes, esconde una insólita cábala. El entrenador inicial suele aparecer por un bar de Reikiavik, la capital del país, antes de disputar un partido. Su argumento detrás de esas apariciones está centrado en el contacto con los fanáticos.
Desde el 2011, cuando se transformó en ayudante de campo, decidió acudir al pub de fanáticos con la idea de generar cercanía: «Les dije que, antes de cada juego de local, iría al pub que tienen y daría un informe sobre lo que íbamos a hacer. Serían los primeros en saber la formación, cómo jugaríamos, y les mostraría el video motivacional que habíamos hecho para los jugadores».
«Al principio, no había muchos cuando iba al pub, pero ahora hay cientos», reconoció tiempo atrás, en medio del furor futbolístico en Islandia. «Creo que es algo que nos hace diferentes y realmente ha fortalecido la conexión entre los seguidores y el equipo», agregó.
La fórmula fue un éxito: ganó los cinco partidos en condición de local durante las Eliminatorias de Europa y obtuvo el boleto a la copa del mundo por primera vez en su historia. Ahora intentará continuar por la senda triunfal ante Argentina en su primera incursión mundialista.