La Juventud Mariana Vicentina-región Argentina finalizó su tiempo de Misión en La Dársena

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La Juventud Mariana Vicentina- región argentina finalizó su tiempo de Misión en la capilla  Nuestra Señora del Rosario, en la localidad de la Dársena. «Fue para todos un tiempo para crecer en la fe y dejarse guiar por el Espíritu Santo».

En la ocasión, se unieron jóvenes de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes de La Banda, y de las ciudades de Añatuya y Bahía Blanca para misionar con el lema » A Jesús con María» coordinados por la hermana Jeannette Martínez Morales.

En ocasión de realizar un balance, la hermana Jeannette señaló a LA BANDA DIARIO: «Queremos agradecer a Dios por esta oportunidad que le brindo a los 36 misioneros de poder compartir la vida de fe. Fueron 10 días de fraternidad y compartir, entre los jóvenes de Juventud Mariana Vicentina (JUMAVI) y las personas de la comunidad, hermosos momentos de oración, de servicios y de recreación».

También comentó que durante la misión, que duró del 17 al 26 de enero,  se realizaron encuentros con niños y adultos, y se visitaron a todas las familias del sector.

«Los misioneros quedaron muy contentos porque fueron bien acogidos por la mayoría de las personas que fueron a visitar, se van llevando gratos momentos vividos con las familias de toda la comunidad, aprendieron a darse un poco más a los demás y ponerse al servicio de sus compañeros misioneros», indicó la coordinadora.

Asimismo visitaron la comunidad de Bocatoma donde se realizó la santa misa con la presencia de varias personas de la comunidad. Los misioneros con el afán de anunciar el evangelio llegaron caminando hasta la localidad de La Falda, donde se encontraron con la capilla El Señor de los Milagros, comunidad que desde el mes de octubre no tenían la posibilidad de celebrar la eucaristía, visitaron a las familias y al día siguiente retornaron todos a celebrar la eucaristía.

Sor Jeannette expuso orgullosa que «la misión fue para todos un tiempo para crecer en la fe, para dejarse guiar por el Espíritu Santo y dejar muchas veces la timidez propia de los jóvenes y poder comunicar con sencillez y alegría el amor de Dios por cada uno de nosotros sus Hijos. Fue un tiempo en donde muchos de los ellos (los misioneros) fueron aprendiendo nuevas cosas, como por ejemplo cocinar y ser serviciales con todos».

«Al finalizar la Eucaristía de clausura el día domingo 26 -continuó- muchos de ellos se emocionaron, porque lograron establecer hermosos lazos de amistad. Damos gracias a todas las personas que con su granito de arena hicieron posible esta hermosa experiencia de Misión».

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