Este sábado se cumple un año del crimen de Fernando Pastorizzo en Gualeguaychú. En la madrugada del 29 de diciembre de 2017 el joven fue asesinado de dos disparos por Nahir Galarza, quien siete meses después, el 3 de julio, sería condenada a perpetua.
Silvia Mantegazza, la madre de Fernando, publicó en su perfil de Facebook un mensaje en el que recordó a su hijo y le dedicó duras palabras a la joven que cumple la condena en la Unidad Penal N° 6 de Paraná.
En su carta la mujer expresó cuánto extraña a su hijo y rememoró momentos cotidianos. Dijo saber que está «en paz» porque así lo siente y se lo hizo saber. «¡Me diste tanto, me enseñaste tanto en esta corta vida que te tocó!», escribió en un pasaje. «Sos y fuiste un ser de luz, demasiado sensible y bueno», redactó en otro.
Y en algunos tramos del mensaje cargó contra Nahir Galarza, a quien definió como «una persona oscura, sin sentimientos ni corazón». A ella le deseó que «jamás pueda borrarse de su mente» el rostro de «sorpresa» -según imagina- de Fernando tras haberle disparado.
«Que (la imagen) la acompañe siempre y que al cerrar sus ojos para dormir, que sea lo último que vea», publicó en la red social antes de cerrar el texto.
«Un día como hoy pero hace un año atrás recibía la peor noticia de mi vida. Alguien sin sentimientos ni corazón, una persona oscura, decidía que ya no serías de nadie. Pero lo que nunca se imaginó es que el amor todo lo puede, todo lo transforma».
«Nunca te irás, te siento en cada rincón de nuestra casa y muy dentro de mí, en tus amigos, en toda la gente que aún sin conocerte personalmente te hizo un poquito suyo».
«Se extraña tu presencia física, el ‘si má’ en el tono risueño que siempre me decías que equivalía a ‘dejame de romper ja ja ja’ pero con ese humor que siempre tenías; las charlas en las tardes mate de por medio; tus llamadas para preguntarme cualquier cosa, desde un ‘má… ¿cómo se hacen los ñoquis?’ a por supuesto darte todas las indicaciones del lugar dónde encontrar algo que buscabas».
«¡Me diste tanto, me enseñaste tanto en esta corta vida que te tocó! Y sé que estás en paz, porque lo siento, me lo has hecho saber y eso me tranquiliza».
«Sos y fuiste un ser de luz, demasiado sensible y bueno. Y sobre todo me hiciste ver que no sirve el odio, ya lograste la justicia humana, pero la justicia que como madre desearía es que tu asesina jamás pueda borrarse de su mente tu carita, me imagino de sorpresa, al dispararte… que la acompañe siempre… siempre y que al cerrar sus ojos para dormir, que sea lo último que vea».
«Se extraña verte chiquitito, pero siempre en mi corazón y en el de todos los que te amamos. ¡Hasta siempre Nando!».