La maquinaria nuclear de Corea del Norte, financiada por una batería de delitos

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La reputada empresa rusa de seguridad informática Kaspersky Lab logró averiguar que ese «golpe» fue realizado por Bluenoroff, filial especializada en ciberataques del grupo Lazarus, que opera al servicio de Pyongyang. Corea del Norte también estuvo implicada en el ataque informático gigante con el virus WannaCry -destinado a obtener el pago de un rescate millonario-, que paralizó más de 300.000 computadoras en 150 países a mediados de mayo, según Symantec, otro especialista en seguridad.

Hasta las nuevas sanciones económicas votadas la semana pasada por la ONU, las restricciones impuestas se limitaban a pocos productos y, por lo demás, eran burladas por el régimen de Kim Jong-un. Pyongyang obtenía 3000 millones de dólares por sus exportaciones y nunca tuvo problemas para conseguir en el exterior las materias primas y componentes necesarios para sus programas nucleares y balísticos.

Esos artefactos equipan desde hace relativamente poco tiempo los nuevos cohetes de alcance intermedio Hwasong-12 y el misil balístico intercontinental Hwasong-14.

«Ningún otro país hizo una transición [de esa índole] en un periodo tan corto», estimó el experto estadounidense Michael Elleman, que trabaja desde 2009 para el IISS. La incógnita, reconoce, es saber si contó con la ayuda del gobierno de Kiev.

La clave del misterio se encuentra al parecer en la empresa KB Iujnoie, que cuenta con el conocimiento técnico heredado de la época soviética en que Ucrania tenía una parte del arsenal balístico de la ex URSS.

En todo caso, el país sigue exportando mineral de hierro, arena y piedra a China, su principal cliente, y productos químicos, aceite de soja, textiles y productos del mar hacia Malasia y otros países de la región.

«Además, el total de sus exportaciones ilegales asciende a 2000 millones de dólares por año», precisa el investigador Kent Boydston, en un trabajo para el Peterson Institute for International Economics.

La CIA y varias agencias de inteligencia europeas sospechan, incluso, que el régimen norcoreano exportó hacia Paquistán e Irán materiales «sensibles» utilizados en sus programas nuclear y balístico.

Entre otras actividades ilícitas figura la exportación de mano de obra. El año pasado, unos 60.000 obreros viajaron a China, Rusia y Medio Oriente para trabajar en construcción, fábricas textiles o en explotación forestal. Sus salarios, que representaron unos 200 millones de dólares, son girados a entidades controladas por el Estado, asegura Go Myong-Hyun, analista del Asian Institute for Policy Studies.

Otro sector importante es la fabricación de mercancías falsas textiles, perfumes o marroquinería de grandes firmas, que se venden en todo el mundo. La industria norcoreana también fabrica piezas de recambio para automóviles, máquinas agrícolas y aviones, artículos electrónicos, productos alimentarios envasados y falsos medicamentos.

Pero el rubro más productivo es la fabricación de moneda falsa. «Corea del Norte se especializó en hacer billetes de 100 y 500 dólares», denunció el grupo disidente North Korea Intellectuals Solidarity. La nueva especialidad de esas imprentas es la fabricación de yuanes, que comenzaron a testear en países asiáticos antes de introducirlos en China.

La Nación

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