La ONU, la Unión Europea y la Iglesia Católica llamaron a los bolivianos a votar en paz en las elecciones del domingo para evitar que se repitan los hechos de violencia que enlutaron al país tras los anulados comicios de 2019.
El izquierdista Luis Arce, delfín de Evo Morales, y el ex presidente centrista Carlos Mesa son los candidatos con mayores opciones de ganar los comicios, luego de una campaña marcada por la polarización entre seguidores y detractores del ex mandatario aymara, ahora refugiado en Argentina.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, llamó a los bolivianos “a comprometerse con la celebración de elecciones pacíficas” y a respetar “los resultados finales de la votación”.
Destacó, además, que las elecciones deben ser “transparentes, creíbles, participativas e inclusivas, en un marco de pleno respeto a los derechos civiles y políticos”, según un comunicado de la ONU.
Por su parte, la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dijo que los bolivianos deben votar “en paz, sin intimidaciones ni violencia”.
“Nadie quiere que se repitan los acontecimientos del año pasado”, agregó Bachelet sobre los disturbios derivados de denuncias de fraude en los comicios de octubre 2019, en los que Morales buscaba su cuarto mandato. La convulsión social de octubre y noviembre dejó con más de 30 muertos y 800 heridos.
Bachelet también expresó su «profunda preocupación por el lenguaje incendiario y las amenazas” en la campaña y “por el creciente número de agresiones físicas”.
La ONU se sumó a otro llamado de los obispos católicos bolivianos y la Unión Europea para “evitar la violencia durante y después del proceso electoral, para no crear un clima de confrontación y agresión que impida culminar con éxito el presente proceso de transición democrática”.
Siete millones de bolivianos están convocados a las urnas y unos 300.000 están autorizados para votar en el exterior, más de la mitad de ellos en Argentina. Debido a la pandemia del coronavirus, al menos 28.000 no podrán ejercer su derecho en ciudades del norte de Chile.
«Aprovechemos esta oportunidad para darle estabilidad al país, después de un año conflictivo», pidió este viernes el presidente de la Conferencia Episcopal Boliviana, Ricardo Centellas.
Ambiente de tensión
Los nervios están a flor de piel, lo que ha generado una escasez artificial de gasolina en las ciudades, con largas colas de vehículos en las estaciones de servicio, observaron periodistas de la AFP.
Hay una demanda inusual de bombonas de gas para uso domiciliario y una afluencia creciente de personas en los mercados y supermercados para abastecerse.
En la ciudad central de Cochabamba hubo disturbios el jueves cuando la policía usó gases lacrimógenos, en medio del estallido de petardos, para disolver una manifestación por disputas locales ajenas a la campaña electoral.
También existe temor entre algunos bolivianos por las advertencias que lanzaron líderes del Movimiento al Socialismo (MAS), de Morales y Arce, de que defenderían la democracia en las calles en caso de que su candidato perdiera por un supuesto «fraude» electoral.
“La era de Evo se cerró”
El jefe del depurado órgano electoral, Salvador Romero, prometió el jueves «seriedad técnica, imparcialidad política y transparencia» en el conteo de votos, para evitar que se repita lo vivido el año pasado.
La noche de los comicios de 2019 se paralizó el sistema rápido de conteo de votos y al reanudarse, un día después, había un considerable aumento de la ventaja de Morales.
La misión de observación de la OEA expresó entonces su preocupación por ese incremento, que calificó como “drástico” y “difícil de explicar”. La oposición salió a las calles y Morales renunció el 10 de noviembre, tras perder el apoyo de las fuerzas armadas.
El primer presidente indígena de Bolivia fue sustituido por la derechista Jeanine Áñez como presidenta transitoria, quien convocó a los nuevos comicios.
“La era Morales prácticamente se ha cerrado, la mayoría de los bolivianos no quieren que retorne” al país, aseguró este viernes a la AFP el compañero de fórmula de Mesa, Gustavo Pedraza.
Existen altas probabilidades de que la contienda electoral no se defina este domingo y sea necesario un balotaje el 29 de noviembre.
La Constitución declara ganador en primera vuelta al candidato que obtiene mayoría absoluta o el 40% de los votos con 10 puntos de ventaja sobre el segundo. De lo contrario, habrá balotaje. Además, el domingo será renovado el Congreso boliviano, ahora controlado por el MAS.
La Unión Europea, la OEA, el Centro Carter y la Unión Interamericana de Organismos Electorales enviaron misiones de observación.
Los comicios fueron postergados tres veces por la pandemia del coronavirus, que ha dejado 140.000 contagiados y 8.400 muertos en el país de 11,5 millones de habitantes.