La producción de las Pymes Industriales cayó 6,9% en septiembre respecto de igual mes de 2019, precisó la Confederación Argentina de la Mediana Empresa, que explicó que “el lento aumento del consumo interno, sumado a los mayores controles a las importaciones, van recuperando los pedidos de producción”.
Dos sectores registraron subas anuales en sus niveles de fabricación: Productos y caucho y plástico, con un aumento de 4,6%, y Productos electrónicos e Informática, que creció 1,8%, gracias al carácter de “refugio” estos bienes y el adelanto de compras en previsión de aumentos impulsados por el aumento del dólar y de la inflación.
El relativamente mejor desempeño de los últimos meses respecto no logra ocultar, sin embargo, las muy malas cifras acumuladas: en los primeros nueve meses del año la actividad fabril del sector pyme, medidas a través del Índice de Producción Industrial Pyme (IPIP), dice CAME, sufrió una baja de 19,3% respecto de igual período de 2019, un año recesivo. De los últimos 33 meses, en sólo uno, febrero de 2020, la producción industrial pyme varió positivamente respecto al mismo mes del año precedente.
El mayor declive siguió siendo el de Calzado y Marroquinería: la demanda bajó allí un notable 36,7%, debido a la crisis económica y al estilo de vida inducido por la cuarentena, que hace que la gente gaste muy poco el calzado y no considere prioritaria la vestimenta. A lo que se suma también el cierre escolar, que explica buena parte de las ventas de indumentaria y calzado.
Emparentado con el anterior, el sector Indumentaria y Textil tuvo una reducción anual de 21,4% y, según el informe, “no consigue encaminarse” pese al aumento de la participación de la producción nacional. Allí estaría jugando el “efecto precio”: a medida que el sector recuperó cierto rezago de precios, se alejó la demanda de sectores castigados por la merma de ingresos. “El dilema de los fabricantes es vender sin rentabilidad o resignar ventas pero teniendo beneficios”, dice el informe.
Las actividad de las pyme vinculadas a la producción de Material de Transporte se redujo 18,1%, las productoras de Minerales no metálicos 10,4% y la de las pymes que fabrican Productos de metal, maquinaria y equipo un 10,1 por ciento.
Un reflejo más estrecho del efecto de la crisis sobre la demanda, más allá de los cambios de hábito debido a la pandemia y la cuarentena, es la demanda de Alimentos y Bebidas, donde la baja de septiembre fue de 4,7% respecto de igual mes de 2019. Un sector “muy afectado”, dice el informe, fue el de Frutas y Hortalizas, en Bebidas sólo el vino logró escapar a la tendencia negativa. Además, algunas empresas empezaron a tener dificultades para importar repuestos de maquinaria deñada.
La caída fue algo más leve, de 1,9%, en Sustancias y Productos Químicos, pero con suertes dispares por rubro. Productos de limpieza, farmacéuticos y pinturas tuvieron alzas, pero tintas y aceites siguieron en baja.
A su vez, una “encuesta cualitativa” a Pymes industriales relevó que 37,8% tuvieron variaciones positivas en materia de rentabilidad, 35,3% no registró variaciones y 20,9% vio caer su rentabilidad. Son señales, interpretó CAME de que “el sector comienza a acomodar su situación financiera”. En cuanto expectativas hacia adelante, la proporción de empresas que esperan que la producción siga bajando aumento de 10% a 14,4% y se mantuvo en 24% la proporción que espera aumentos. El resto o no sabe o cree que las cosas se mantendrán igual.
El IPIP mide el desempeño mensual de la producción manufacturera del sector de la pequeña y mediana empresa en base a encuestas directas entre 300 pymes industriales del país