En Estocolmo, una fábrica ultrasecreta en el extremo norte produce hojas con células solares en miniatura que podrían cambiar la manera en que interactuamos con la tecnología cotidiana. Con capacidad para producir 2,5 millones de metros cuadrados de estas células cada año, se trata de la mayor planta de su tipo en Europa. Giovanni Fili y Henrik Lindström, cofundadores de Exeger, han desarrollado una tecnología que podría prescindir de las baterías convencionales, así lo informó The Independent.
El progreso comenzó con el descubrimiento de las células solares sensibilizadas por colorantes (DSSC) en 1988. Ciencia desarrollada en la Universidad de California, Berkeley, permitió la comercialización de estas células. Veinte años después, Exeger logró mil veces más conductividad en sus materiales, dando origen a Powerfoyle.
Otros productos alimentados por esta tecnología incluyen auriculares, cascos para bicicleta y parlantes inalámbricos. Nike, Phillips y 3M figuran entre sus clientes, con conversaciones también avanzadas con Logitech y Apple. En palabras de Fili: “Hemos conseguido un contrato con uno de los mayores proveedores de teclados y ratones del mundo”.
La tecnología de interior no es una novedad. Las primeras calculadoras solares aparecieron en los años setenta, pero enfrentaron limitaciones por su bajo consumo energético y fragilidad. La innovación de Exeger solventa estos problemas, haciendo sus paneles flexibles, resistentes a sombras parciales, impermeables y duraderos.
Ambient Photonics, una empresa estadounidense, también avanza en esta dirección con sus DSSC. “Cada avance en la densidad de energía nos acerca a un futuro sin baterías desechables”, dijo Bates Marshall, cofundador y CEO de la compañía a The Independent. Marshall destacó que los controles remotos, responsables de la eliminación anual de 3.100 millones de baterías desechables según estimaciones de Samsung, podrían beneficiarse enormemente. La empresa coreana se ha comprometido a reemplazar pilas alcalinas por energía fotovoltaica para reducir emisiones de gases de efecto invernadero en 6.000 toneladas anuales.
Otro vistazo a la firma Ambient Photonics revela su interés en el hogar inteligente. Marshall comenta que la duración limitada de las baterías tradicionales obstaculiza el diseño de productos electrónicos y conlleva consecuencias ambientales negativas. DSSC de Ambient ya se integraron en controles remotos, aunque su aplicación es más restringida que la de Powerfoyle debido a su sensibilidad al calor y a la luz.
Giovanni Fili ha observado cómo los usuarios de Powerfoyle se vuelven más conscientes de su entorno lumínico. “Estamos haciendo que la gente sea consciente de la luz, porque la luz es poder”, destaca. Según afirma, esta tecnología podría tocar la vida de mil millones de personas para 2030.
La innovación de Exeger es tan avanzada que la forma y el uso de sus productos aún no son completamente públicos. The Independent señala que las impresoras de la fábrica de Estocolmo producen continuamente Powerfoyles cuyas aplicaciones futuras siguen siendo en gran parte un misterio. Sin embargo, todo sugiere que se integrarán en productos de uso común.
Fili ve esta tecnología como un definen de época, comparando sus posibles impactos con figuras de la talla de Jeff Bezos, Bill Gates y Elon Musk según la revista Forbes. En sus palabras: “Nuestros nietos se reirán de que tuviéramos cables”, anticipando una era donde la actividad humana no dependerá de baterías tradicionales.
Fuente Infobae