Campanas, dulces campanas
de la iglesia de mi pueblo,
que interrumpen mis sueños
en primaveral mañana.
Quien pudiera descifrar
lo que dicen al repicar.
Llamarían para rezar o llorar en el dolor.
Cuando los pueblos amistados
se entrelazan con santo amor;
dirán felices su canción
¡La cruel guerra ha terminado!
Campanas dulces campanas
que repican sin cesar
y dice con azul cantar
¡Ha llegado la Mañana!
Autor Dalmiro Coronel Lugones
Libro: Dalmiro Coronel Lugones Por siempre