Las preocupaciones económicas de Macri

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La situación económica constituye el centro de las preocupaciones en la Casa Rosada. En el entorno del presidente se comenta que Mauricio Macri está «obsesionado» por bajar la inflación requisito imprescindible para bajar la pobreza y en tal sentido, el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, sigue siendo su principal espada.

En el gobierno están convencidos que el mercado se calmará luego de las decisiones que tomó el BCRA con la suba de la tasa de interés. Puertas adentro de la Rosada sostienen que se impuso en materia económica el pensamiento de Sturzenegger.

El primer mandatario está convencido de que para reducir los aumentos de precios es necesario contener el déficit. Por esta razón es que decidió defender personalmente la suba de las tarifas, toda vez que se trata de un elemento clave para reequilibrar las cuentas públicas. En este contexto, un tema que preocupa es la intención del Poder Legislativo de modificar el aumento de tarifas. Al respecto, desde el gobierno se insiste en que cualquier modificación al esquema tarifario tiene que tener la contrapartida de financiamiento, es decir que se mantendrá la reducción del gasto público.

La reducción sistemática de los subsidios económicos ha sido la fuente principal de disminución del déficit operativo, según señala un informe de los economistas Lisandro Barry y Carlos Quaglioquienes sostienen que su incidencia respecto del gasto primario se redujo en un 37% entre el año finalizado en marzo de 2017 y el terminado en marzo 2018.

El trabajo calcula que en el año 2015 los subsidios económicos sumaban alrededor de 29.800 millones de dólares, en tanto que en el cómputo del año que va de abril 17 hasta marzo 18, los mismos se habían reducido a unos 12.300 millones de dólares – un ahorro fiscal del orden de casi 3 puntos del PBI actual -.

Sin embargo, las cuentas del Estado también muestran un creciente endeudamiento que, cuando se contemplan los intereses generados por esta deuda, arroja que el resultado final no es de mejora. La buena noticia es que el presidente Macri sostiene que el proceso de toma de deuda no es un mecanismo que pueda mantenerse en el tiempo, además de considerar que «no es justo dejar a nuestros hijos y nietos» los problemas que hoy hay que resolver.

Precisamente, el trabajo de Barry y Quaglio señala que el resultado financiero o déficit total del gobierno nacional continuó acrecentándose, ya que pasó de una tasa de aumento real anual del 6,6% al cierre de febrero último al 9,4% en marzo, con un incremento del rubro intereses de 46,3%. Si bien se considera que la incidencia de este rubro en el gasto total continúa siendo relativamente baja, también se advierte que el crecimiento de esa participación se ha venido acelerando.

En efecto, la participación intereses en el gasto total en el período marzo de 2016 a abril 2017 era de 6,3%, proporción que subió tres puntos, hasta 9,3% en el lapso comprendido por los doce meses que culminan en marzo de 2018, «lo cual no deja de constituir una «luz amarilla», de acuerdo con el estudio. Dicho de otra forma, casi uno de cada 10 pesos del gasto total ya se destinan al pago de los intereses de la deuda.

Las últimas encuestas de opinión arrojan que la gente se manifiesta disconforme con la situación económica y de ahí la caída de imagen del Gobierno. La última medición de la consultora Synopsis arroja que en abril, la imagen positiva de la gestión de Mauricio Macri cayó a 34,3%, con una pérdida de 17,3% en los últimos cinco meses. Su titular, Lucas Romero, sostiene que se profundiza la tendencia al incremento en las preocupaciones económicas con una participación de 51,2%. Desagregado, 33,5% de los encuestados señalan a la inflación como el principal problema y 17,7% al desempleo.

Otra forma de ver el tema es que 52,4% de los encuestados afirman que hoy la situación económica del país es peor que hace un año atrás y 57,3% considera que su situación económica personal es peor que doce meses atrás. Pero el dato que seguramente más preocupa en los pasillos de la Casa Rosada es que 71,2%, es decir la amplia mayoría, no cree que la situación económica del país mejore dentro de un año – lo mismo sucede con la situación personal-.

También generó preocupación en la Casa Rosada la última encuesta de la Universidad Torcuato Di Tella que muestra una suba de 5 puntos porcentuales en la expectativa de inflación. Los datos de abril pasado arrojan que la mediana de las respuestas se ubica en 25%.

En el mismo sentido, el Índice General de Expectativas Económicas de abril de Kantar TNS – que mide la percepción de la población sobre la situación económica y laboral del país – advierte un nuevo retroceso sobre la situación económica futura. El estudio incorporó este mes datos sobre el poder adquisitivo declarado de la población y un 53% de los encuestados sostuvo que no le alcanza el dinero para vivir según sus necesidades. «Esta situación se acentúa principalmente en los niveles socioeconómicos medios bajos y bajos y en el Gran Buenos Aires, dato que marca una disminución del poder adquisitivo respecto a los últimos dos años» explica Mercedes Ruiz Barrio, investigadora de Kantar.

Frente a esta acumulación de datos negativos, fuentes de la Casa Rosada sostienen que el presidente Macri sigue ratificando el rumbo. «Sabe – sostienen – que no es posible un ajuste brusco el gasto público, porque la sociedad no lo toleraría». Por lo tanto, agregan, «el camino es largo, pero el presidente está dispuesto a recorrerlo», afirman en la Rosada.

Fuente: ámbito

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