Los detalles de la cuarentena total que analiza Alberto Fernández y podría ser dictada en las próximas horas

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Alberto Fernández ya aprendió que la clave para enfrentar al coronavirus es evitar la circulación masiva en los espacios públicos. Su frase de cabecera es: “Aplanar la curva”, que en términos simples significa evitar que el número de contagios y de víctimas escale como consecuencia del contacto directo entre los portadores y las posibles víctimas del denominado “enemigo invisible”. En este sentido, el Presidente anunciará hoy una “cuarentena blindada” que podría iniciarse mañana en todo el país.

“Estamos definiendo el alcance temporal, y si se formalizará a través de un DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia), pero vamos a ser drásticos para tratar de evitar las experiencias dolorosas que vimos en España e Italia”, reveló anoche a Infobae un funcionario clave del gobierno que trabaja al lado del Presidente.

El jefe de Estado desea “aplanar la curva”, pero también pretende mantener activa la producción de bienes y servicios para evitar que la economía se resienta aún más. Por eso, calendario en mano, concluyó que podría decretarse la cuarentena entre el 20 y el 30 de marzo, que solo tienen cuatro jornadas laborales por los feriados puentes del Día Nacional de la Memoria (24 de marzo) y el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas (2 de abril), que se adelantaría por única vez.

Alberto Fernández tiene una hipótesis de trabajo que comentó en la quinta de Olivos. Adelantar el feriado del 2 de abril al 30 de marzo y ordenar una restricción para todos que se iniciaría en el primer minuto del 20 de marzo y concluiría a las 23:59 del 30 de marzo. Quedarían abiertos los comercios vinculados a la compra de alimentos o insumos necesarios para preservar la salud pública y familiar.

La cuarentena total implica un control exhaustivo de los espacios públicos para limitar la circulación y evitar una posible propagación del coronavirus. Alberto Fernández diseñó un sistema de contralor que involucra a todas las policías provinciales -incluida la Capital Federal- y el despliegue de las fuerzas de seguridad nacionales (Gendarmería, Prefectura y la Policía Federal).

Será un gigantesco despliegue de seguridad territorial que enfrentará a un enemigo invisible y mortal.

Detrás de este objetivo de salud pública, y para que no haya una sola objeción política y jurídica, el Presidente ya convocó a los líderes de la oposición y hoy mantendrá un encuentro en Olivos con la mayoría de los gobernadores. La reunión es clave para la estrategia de Alberto Fernández: obtener la cooperación de las fuerzas provinciales.

La cuarentena establecerá que la vida cotidiana transcurrirá en los domicilios particulares, que estará garantizado el acceso a la comida para toda la familia, que funcionará el sistema de salud estatal y privado y que se permitirá circular sí -y solo sí- hay un motivo fundado. En caso contrario, se prohibirá abandonar la residencia y transitar los espacios públicos.

“Todos podremos comprar nuestra comida, o ir a la farmacia, y hasta se podrá pasear el perro. Pero salvo estos casos puntuales, todos los argentinos que no estén asignados al sistema montado contra el coronavirus, deberán quedarse en casa. Sí o sí”, explicó a Infobae un miembro del gabinete que participó en todas las deliberaciones que se hicieron para diseñar la cuarentena blindada.

-¿Y cómo van a saber si la persona que salió no está contagiada?-, preguntó este periodista.

-Habrá un férreo control en las calles y una masiva campaña de información y disuasión en los medios de comunicación. La explicación es simple: si salís a la calle, te podés contagiar. Y el coronavirus te puede matar.

Tras la reunión de los gobernadores en la quinta de Olivos, no se descarta que Alberto Fernández grabe una nueva cadena nacional para explicar el sentido y los alcances de la cuarentena blindada. La intención del Presidente es anunciar su duración y su sentido de prevención de la salud pública, ratificar que no faltará la comida y que la violación a la cuarentena será castigada con el máximo rigor legal.

Esta nueva jugada institucional para “aplanar la curva” de la pandemia encuentra a Alberto Fernández trabajando a deshoras. Era la una de la madrugada (de hoy) y continuaba fatigando -sin misericordia- su WhatsApp personal para explicar qué quiere hacer frente al coronavirus y porqué.

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