El próximo 25 de noviembre, en la Catedral Basílica de Santiago del Estero, se desarrollará la ceremonia de ordenación sacerdotal del bandeño Luis Escañuela y del capitalino Alejandro García.
En diálogo con CHARLAS BANDEÑAS los actuales diáconos comentaron sus sensaciones, a días de recibir el Sacramento del Orden Sagrado, cómo surgió la vocación en ellos y sus expectativas.
Al respecto Alejandro García al referirse sobre su despertar vocacional señaló, «algo muy básico, para que ello suceda, es el ámbito familiar, y el entorno inmediato. En mi caso mi vocación se despierta porque en mis padres son católicos practicantes, siempre van a misa, y eso me permitió ir descubriendo este misterio hermoso del servicio al prójimo desde el Evangelio».
Más adelante recordó, «desde los cinco o siete años comenzó a surgir esta motivación para ser como el cura, servir como el cura».
A su turno Luis Escañuela sostuvo, «en la vida los ejemplos tienen mucho que ver. En mi caso, también la participación constante en las misas, me llevó a que el Espíritu Santo vaya despertando en mí esta vocación. De a poco fue surgiendo este deseo en mí. De niño jugaba con hacer la misa; yo decía quiero abrazar esta vocación. Mi participación en la parroquia (Sagrado Corazón de Jesús, del barrio San Martín) hizo crecer mi deseo por ser sacerdote».
En otra parte de la entrevista, se le consultó a dónde les gustaría prestar servicio. Alejandro refirió, «todavía no sabemos nada. En lo personal me gustaría trabajar en la zona rural. Sería una ilusión mía. Tiene más lugar para pensar, y hay mucha necesidad. En ese caso urge en mi corazón asistir esa necesidad. Hay lugares que hace tiempo no tienen misa».
En tanto Luis mencionó, «suele pasar que en el día de la ordenación se puede decidir a donde iremos. Yo trabajo en una comunidad de Herrera que no tienen sacerdote fijo. Estamos acompañando la comunidad, y es lindo. Mi diaconado lo hice en ese sector. Donde Dios me diga ahí estaré».
Consultado sobre qué dones les regaló Dios para que lo pongan a disposición de la comunidad, el diácono García señaló, «me gusta escuchar a las personas, poder compartirlas. Creo con humildad que es un don de Dios. Me puede ayudar mucho al momento del Sacramento de la Reconciliación».
En tanto Luis Escañuela expresó, «me gusta mucho la enseñanza, he formado un grupo de monaguillos. Me gusta escuchar y estar presto para el consejo, acompañar, puedo decir que es un don que Dios nos pone para entregar a los demás».
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