Más allá del tono amarillo que tomó el mapa del país, para que el Congreso tenga mayoría favorable, el Gobierno debe ganar otra elección consecutiva legislativa y cambiar el tinte de las gobernaciones para saltearse la instancia de negociación con la oposición. Cinco distritos son Cambiemos al 100% pero para 2019 la expectativa es, por lo menos, duplicarlos. Para lograrlo en la Casa Rosada, donde dicen estar pensando más en el hoy que en las próximas presidenciales, tienen objetivos concretos: mostrar gestión (leiv motiv desde el primer mandato de Mauricio Macri en la Ciudad); lograr un repunte en la economía; afianzar el poder político en territorios no propios donde se ganó el domingo 22, es decir en las provincia peronistas o con gestión provincial que empezaron el cambio de color político. Las obras seguirían siendo el apoyo para avanzar sobre el mapa nacional.
«La boleta nacional va a traccionar, va a pesar la fómula presidencial, pero Mauricio elegirá candidatos que no sean sólo márketing sino que garanticen una buena gestión e incluso podrá habilitar internas en aquellos lugares donde haya más de una opción con chances de ganar», aseguran voceros que conocen la realidad de cada distrito. Los antecedentes refuerzan una parte de esta argumentación: en la Ciudad Macri prefirió al gestor Horacio Rodríguez Larreta, de su íntimo riñón, antes que a Gabriela Michetti, pero en Mendoza supo apoyarse en el radical Alfredo Cornejo.
Desde el norte, donde «necesitamos una pata peronista», hasta el sur, «donde necesitamos sacar la Ley de Lemas en Santa Cruz», Cambiemos construye candidatos locales.
El caso emblema es la provincia de Córdoba, donde Mauricio Macri tiene la imagen más alta de todo el país. Allí no tienen uno sino por lo menos tres candidatos: Héctor ‘La Coneja’ Baldassi, éx árbitro de fútbol electo diputado nacional con más del 48% de los votos. Allí se polarizó la elección con un peronismo dividido pero ¿qué pasaría si el PJ superara la etapa kirchnerista y avanzara hacia la unidad? En la Mediterránea parece difícil: la Unidad Ciudadana de Cristina tuvo un poco más de 30% de los votos y el gobernador Juan Schiaretti tiene clara su posición: unir otra vez al peronismo a nivel nacional sin la ex presidenta. Su antecesor, José Manuel de la Sota, está momentáneamente fuera de juego, en año sabático, refugiado en Río Cuarto en su local de ropa masculina.
Sin embargo, habrá que ver si Macri confía en Baldassi como posible gobernador. En la Rosada se plantea un dilema: si el Presidente tiene una imagen tan alta tendrá que analizar con quién la comparte. En Córdoba se juega una de las grandes peleas del radicalismo: el intendente capitalino, Ramón Mestre, quiere ser gobernador como lo fue su padre, pero Mario Negri ha tenido manifiesta lealtad hacia la gestión Cambiemos desde el Congreso. Varios cargos en juego ayudarían a un reparto salomónico: las candidaturas del 2019 (gobernador y diputados nacionales porque senadores renuevan recién en el 2021), la presidencia del Comité Nacional de la UCR y el provincial, trampolines para peleas futuras como el 2023. La fecha parece ciencia ficción pero al menos para las carreras de políticos de menos de 50, no lo es.
Resolver Córdoba no será fácil para el Presidente, pero tampoco lo será otro gran distrito como lo es Santa Fe, donde finalmente ganó Cambiemos con casi 38 puntos. El intendente de la capital y presidente de del Comité Nacional de la UCR José Corral ha terciado siempre a favor de la unidad de Cambiemos y. a pesar de algunos rebeldes correligionarios provinciales, su partido va migrando del Frente Cívico y Social compartido con el socialismo a Cambiemos de Santa Fe. El interrogante incluye a Luciano Laspina, a quien preparaban en el oficialismo a nivel nacional para ir por el 2019 pero en estas legislativas -y en favor de la construcción con la UCR- quedó relegado al segundo lugar en la lista de candidatos a diputados nacionales.
En la vecina Entre Ríos hubo PASO contra la voluntad de la Rosada y de Rogelio Frigerio, que con domicilio en Paranacito pisa fuerte en el distrito. Tal vez la próxima PASO esté pactada con el Gobierno y enfrente los dos modelos internos: el del radicalismo contra algún intendente de Cambiemos. Casi 53% de los votos fueron amarillos en la provincia de Gustavo Bordet cuyo frente justicialista arañó los 38 puntos.
En la vecina Chaco perdieron tanto el gobernador peronista Domingo Peppo como el ahora intendente de Resistencia Jorge Milton Capitanich. Para Cambiemos la definición es fácil: Aída Ayala fue y será nuevamente candidata. Ganó con casi 42% de los votos y la inversión en obras en Chaco es muy fuerte. El teorema de priorizar candidatos con experiencia en gestión juega a su favor: desde la Secretaría de Asuntos Municipales tiene la llave junto con Frigerio y otros funcionarios para diseñar el mapa de inversión en obras en el país, incluida su provincia, además de contar con su gestión como ex intendenta de Resistencia. «Quedó bien parada en Chaco», reivindican en los pasillos de Balcarce. Ayala ya arrancó la campaña: este fin de semana salió a timbrear y agradecer el voto chaqueño. «Vamos a seguir escuchándolos», les promete casa por casa.
En la Salta de Juan Manuel Urtubey, gobernador con el que el macrismo dialoga pero al que quiere volver a vencer, pesa un detalle clave. En este turno electoral Cambiemos ganó en parte gracias al apoyo del intendente de la capital, Gustavo Sáenz, que en 2015 acompañó a Sergio Massa como compañero de fórmula en la presidencial. «Sáenz se va a querer anotar», admiten, a sabiendas de que necesitan esa pata peronista como en San Luis, donde aun habiendo perdido (los Rodríguez Saá dieron vuelta el resultado entre las PASO y la general con una fuerte inyección de recursos) insistirán, sin dudas, con el ex gobernador Claudio Poggi. «No hay nadie mejor», subrayan.
En La Rioja, Julio Martínez resultó elector senador y ganador por unos mil votos en una reñida elección que encolumnó al peronismo detrás del ex presidente Carlos Menem. El radical es otro de los férreos defensores del esquema actual de integración UCR-PRO pero tal vez para ganar tenga que aceptar un acuerdo con el intendente peronista Alberto Paredes Urquiza, a quien en parte le debe su triunfo actual. El argumento de la necesidad de una pata peronista en provincias del NOA pesa fuerte.
Los estrategas de Gobierno piensan el escenario futuro sin la pelea entre el kirchnerismo que pasó y el futuro que vendrá. ¿Cuál será el atractivo de la próxima elección? Agotada la pelea con Cristina, algunos creen que tras cuatro años de gestión el examen será al Gobierno. «Si habilitamos las PASO en algunas provincias será un polo de atracción», repiensan.
Podría ser el caso de La Pampa, donde Carlos Verna tuvo que poner el cuerpo y hasta ceder ante la Big Data (de la que se volvió especialista) para finalmente doblegar a Cambiemos por sólo 0,28 puntos. En Cambiemos más que estar frustrados están entusiasmados. Con Carlos Mac Allister como candidato «estamos cerca de ganar», aseguran. Los radicales pampeanos también tienen chances de quedarse con la candidatura con un Martín Maquieyra que tendrá ahora la vidriera nacional de la Cámara de Diputados y además juega en tandem con «El Colorado». Podrá haber acuerdo o PASO. De hecho La Pampa fue la única provincia donde este año el Gobierno la habilitó para definir y traccionar entre varios candidatos que consideraron potables.
También en Tierra del Fuego Cambiemos quedó abajo por no más de 200 votos. Allí ganó La Cámpora y tercero quedó el frente de la gobernadora Rosana Bertone, lejana al kirchnerismo, de diálogo con el Gobierno pero presidenta de un PJ local que puede abrir las puertas «para que vuelvan todos los que se fueron». No los irá a buscar, aclara, pero podría recibirlos. Ella misma para el 2019 no sabe qué hará. Sondea en forma permanente su imagen, alta a pesar de la derrota. «Si sigue así puede ir por la reelección pero si no, no tiene problemas de irse a su casa», aclaran cerca de Bertone. En su despacho no ven como candidato a Martín Pérez, diputado electo camporista. Más les temen a los intendentes Walter Vuoto (camporista de Ushuaia) y Gustavo Melella (de Río Grande, de FORJA-FpV). Tolhuin también es justicialista con Claudio Queno como intendente de la tercera municipalidad de la isla. Aun así, con fuerte presencia de funcionarios nacionales y ayuda para obras, Cambiemos Tierra del Fuego quedó a décimas del kirchnerista Frente Ciudadano y Social con Héctor ‘Tito’ Stefani, presidente del PRO que logró a último momento el acompañamiento de radicales ‘separatistas’ que bajaron su lista para empujarlo hasta donde llegó.
En Santa Cruz el Gobierno aspira a que la gobernadora Alicia Kirchner ceda a favor de una reforma electoral que elimine la Ley de Lemas. La ley, que permite la suma de los votos de distintos candidatos del mismo color político a favor del que quede en primer lugar, frenó las chances electorales del radical Eduardo Costapara la gobernación. Ahora se cree que Kirchner aceptará, presionada por la situación económica y social y por los escándalos judiciales por causas de corrupción contra ex funcionarios kirchneristas. No creen en cambio que Gildo Insfrán, en Formosa, termine con el mismo sistema. El peronista formoseño parece blindado a los controles biométricos y los controles de frontera que impulsó la Nación y la Justicia Electoral, y sigue ganando.
La Patagonia resistió bastante al tinte amarillo. Además de Santa Cruz, Cambiemos ganó en Neuquén, donde Macri estuvo el último día en que podía inaugurar obras cortando la cinta de un puente. Los neuquinos son prudentes. Después de la elección hablan de bajar cualquier triunfalismo, a pesar de haberle torcido el brazo al Movimiento Popular Neuquino. El triunfo amarillo deja posicionado al intendente de Neuquén, Horacio ‘Pechi’ Quiroga, presidente de Cambiemos en la provincia. Pero él mismo baja las expectativas, realista y también acorde a los consejos que le bajan desde la Nación: «Está elección no tiene nada que ver con la de 2019 y no hay que apunarse en el cordón de la vereda». Tiene buena relación con Marcos Peña -dato fundamental- que antes de las elecciones dijo que Cambiemos quiere ser alternativa de gobierno en Neuquén en 2019. En esa vía, ganaron Neuquén capital, Plottier, San Martín de Los Andes y Villa La Angostura, las cuatro ciudades más grandes. De todos modos, en Interior, por ejemplo, no descartan la figura de David Schelereth, diputado electo que caminó todo el interior, incluso con ‘Pechi’ a su lado.
Casi bordeando el otro extremo del mapa, Cambiemos perdió en Misiones. Pero aún mantienen expectativas. Humberto Schiavoni, hombre 100% macrista, tendrá un rol preponderante en el esquema de la Casa Rosada a partir de su llegada al Senado de la Nación, lugar que usará como trampolín para ir por la gobernación en 2019. Tiene además a su favor la confianza de la tríada electoral para el interior que conforman Frigerio, Peña y obviamente, el Presidente de la Nación.