Los Pumas tenían todo para lograr una clasificación sencilla, ya que con perder por siete o menos puntos se asegurarían el pasaje a la próxima fase del Mundial. Sin embargo, lo que parecía un trámite fue más complicado de lo esperado, principalmente por los nervios del elenco que conduce Santiago Phelan.
De movida, el equipo georgiano propuso el juego corto y advirtió que resistiría el aluvión de un equipo albiceleste que trató de abrir para no entrar en el barullo que pretendió imponer su rival.
A los 3 minutos, Felipe Contepomi preocupó al sufrir un fuerte golpe en la región intercostal (se habia lesionado en el debut) que lo dejó maltrecho. El jugador de Los Pumas no parecía estar a pleno físicamente y eso se reflejaba en su rendimiento: a los 13 minutos ya llevaba dos penales (sencillos) errados.
Estos fallos generaron ansiedad por abrir el marcador e imprecisión en Los Pumas: hubo muchas pérdidas de balón y errores no forzados que sorprendieron.
A los 31 minutos, Juan Imhoff escapó, llegó al ingoal rival (su segundo try en la Copa del Mundo) y rompió la paridad. Sin embargo, Contepomi falló su remate y no pudo estirar la diferencia.
Cuando parecía que el equipo argentino se iba al descanso en ventaja, los georgianos manejaron bien la pelota por el lado del ciego, Argentina falló en el tackle y Lasha Khmaladze llegó al ingoal; Urjukashvili sumó la conversión y el marcador quedó 7-5.
En esa primera parte, la diferencia fue clarita: los georgianos interpretaron su libreto mejor que Argentina el suyo y así se redondeó la sorpresa.
Segunda etapa
El equipo argentino salió a cambiar la historia, pero repitió errores no forzados en la recepción y en el manejo y dejó en evidencia que los nervios eran su principal rival.
La diferencia fue que Felipe Contepomi ajustó la puntería y con un par de remates dio vuelta el resultado: lo que era derrota se transformó en 11-7 para Los Pumas.
La tranquilidad definitiva llego a los 67 minutos: Felipe Contepomi marcó su primer try en este Mundial tras una buena jugada combinada de los dirigidos por “Tati” Phelan. Y redondeó con la conversión.
Con la clasificación ya en el bolsillo, Phelan sacó a Felipe que de inmediato se puso hielo en la zona intercostal y empezó a cuidarse para el desafío que sigue.
Sobre el cierre llegó un try más, esta vez del “Canario” Bossio. Y el resultado lo redondeó Marcelo Bosch para poner el 25-7 final.
La próxima parada es bravísima: el domingo 9 de octubre Los Pumas chocarán con los temibles All Blacks, que además de su poderío deportivo cuentan con el plus que les da ser locales. Pero para hablar de los neoceolandeses habrá tiempo. Ahora es tiempo de celebrar que se cumplió con el objetivo inicial de estar entre los ocho mejores del mundo.