Macri-Carrió: apenas un besito en medio de una fenomenal tensión

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El programa Argentina Exporta pretende resolver el estrangulamiento estructural de la economía  triplicando las exportaciones para el 2030 y cuadriplicando en ese plazo las empresas que exportan. Sin embargo, más allá del largo plazo, Mauricio Macri tiene que resolver otro tema en el cortísimo: la fenomenal tensión que Elisa «Lilita» Carrió genera hacia dentro de la gestión del Gobierno al redoblar la apuesta contra el ministro de Justicia, Germán Garavano, su nuevo objeto de repudio sistemático.

A la líder de la Coalición Cívica le tocó abrir la presentación formal del plan oficial, y  arrancó hablando de la necesidad de desburocratizar el Estado para posibilitar el crecimiento de la PyMes. Pero algo disruptivo se esperaba cuando reconoció que es «políticamente incorrecta».

Luego de realizar una disquisición en torno a la importancia del campo, «el único soporte que tiene la Argentina, como quedó demostrado con la sequía», «el modelo natural de nuestra nación como lo vio Sarmiento, que con la producción del campo pudo sacar al país de la anarquía», dijo que hay todavía «monopolios inadmisibles».

Y para más precisiones, aseguró que «ese (los monopolios) es mi próximo objetivo, o sea que vamos a estar en otros problemas, ya no con el Presidente, sino con otros». Y disparó: «Así que me permite amigarme con el Presidente ahora cuando me lo saque a Garavano».

Como si tal cosa, Carrió continuó con su discurso. La escuchaban en la primera fila el canciller, Jorge Faurie, y el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, para quien también tuvo unas palabras: «Que se me porte bien Sica, que no se me corra para el lado de las grandes (empresas), que se me quede con las pymes». No contenta con eso, dijo que en la lucha contra la corrupción «no importan hermanos, primos, parientes, presidente ni ex presidente», en lo que pareció un tiro por elevación al propio Macri.

Lilita continuó con su fixture de buenos, malos y dudosos mencionando a Leandro Cuccioli, el titular de la AFIP, diciendo que «tiene una excelente gestión, que yo apoyo absolutamente» y también se dirigió al director general de la Aduana, Diego Dávila (le dijo «Avila»), esperando que termine con las mafias del puerto.

A Faurie le tocó seguir con el uso de la palabra. «Después de la exposición de Lilita estamos todos motivados», dijo -tal vez- en tono irónico.  Habló de las asignaturas pendientes del país en materia de exportación, de la necesaria innovación para que el país sea más competitivo.

Luego habló Sica, quien tuvo a su cargo el mayor peso en materia de exposición de objetivos, seguramente pensando en los empresarios que habían sido especialmente invitados y a los que quiere seducir para salir del estadio de una de las 15 economías más cerradas del mundo, a la par de Brasil y Nigeria: «Comerciamos con el 10% del PBI mundial, cuando hay vecinos nuestros que intercambian con el 80% del PBI mundial», señaló. Y, entre distintos datos, dijo que del 75% de los sectores hay alguna empresa que alguna vez exportó, es decir, hay una base para recuperar.

Cuando Macri llegó a la Sala Sinfónica, la más grande del CCK, repleta con funcionarios y empleados del Ministerio de la Producción, la Cancillería y algunos pequeños y medianos empresarios de todo el país, pasó delante de la primera fila y saludó uno a uno, entre ellos a la diputada Carrió. Quienes siguen esta novela estaban muy atentos: no hubo foto, ni abrazo especial, ni signo de distensión alguno.

A la salida fue abordada por los periodistas y dijo: «El Presidente solo me dio un besito». Y aunque aseguró que no va a romper Cambiemos, afirmó que «hay veces que hay que tensionar para resolver». También se mostró convencida de que el Banco de Alimentos, la ley de urbanización de villas y el programa Argentina Exporta «salieron porque presionamos».

El Presidente arrancó reconociendo que «estamos pasando momentos difíciles, que nos están poniendo a prueba», volvió a apelar a las metáforas náuticas para asegurar que «estamos aferrados al timón». Y casi hablando de sí mismo, se mostró muy satisfecho por «las nuevas fortalezas que estamos desarrollando, una resilencia que, creo, no teníamos».

A Carrió solo la mencionó en un momento, mientras hablaba de la situación de las empresas, recordando un tramo de su discurso donde la diputada contó que hace 25 años que recorre el país. Y seguramente pensando en ella, dijo que «no hay más bolsos, ni cosas raras» hoy en Estado, porque «somos parte orgullosa de una Argentina que se levanta».

Ya en la conferencia de prensa, cuando Infobae le preguntó a Sica por la advertencia de la diputada de la CC sobre su persona, el ministro no puso cara de buenos amigos, seguramente molesto porque la primera pregunta fue de política interna y no en relación a «Argentina Exporta».

«Lilita Carrió es miembro de la coalición de Gobierno y habla desde esa responsabilidad. Yo como ministro de producción y trabajo tengo una responsabilidad para que todas las empresas, independientemente del tamaño y el sector, traten de mejorar su competitividad para mejorar la economía y el empleo. Todas las leyes que tenemos (las enumeró) son utilizadas para evitar los abusos de posición dominante, así que estoy muy tranquilo con la función que desarrollo y con los instrumentos que tengo para hacerlo», explicó.

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