Macri necesita otro Durán Barba para gobernar y neutralizar a la oposición

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Jaime Durán Barba

El Presidente Mauricio Macri ya tiene un Jaime Durán Barba para ganar elecciones. Ahora necesitaría otro para manejar el doble arte de gobernar y sortear las zancadillas del peronismo.

La fragmentación de la oposición le sirvió para llegar al poder, pero la unidad transitoria de sus adversarios en el Parlamento es catastrófica para la estrategia oficial.

De hecho, si Cristina Fernández sigue manteniendo el núcleo duro de más del 20 por ciento de los votos de cara a las presidenciales del año que viene, será de nuevo candidata y lo ayudará a Macri en su eventual triunfo, predeterminado por la dispersión del voto opositor.

Sin embargo, el Presidente para gobernar necesita evitar que el peronismo se junte, como lo hizo alrededor de la discusión del proyecto de la baja al impuesto a las ganancias, las modificaciones en el cálculo del pago a las jubilaciones, y este nuevo domingo siete que implica la discusión por la aplicación de tarifas.

Macri no tiene problemas en pagar el costo que significaría vetar la ley de la oposición que pretende atar los aumentos de tarifas al incremento salarial y bajar el IVA de la boleta de los servicios del 21 por ciento al 10.5 por ciento durante un año.

El Presidente dice que el proyecto es de una absoluta irresponsabilidad política. Lo que nadie sabe es cuántos más votos perderá cuando le estampe la firma al veto.

A los diputados del peronismo no kirchnerista, a los cristinistas, los del Partido Obrero y otros partidos con pocos votos, no les importa que la política económica se vaya al diablo por culpa de sus iniciativas.

Lo que pretenden es erosionar a Macri porque interpretaron, correctamente, que hay una pequeña grieta en Cambiemos, y que esa grieta expresa vulnerabilidad y ruido, hacia adentro de la coalición. Hay que decir que también repercute hacia afuera de la Argentina, donde los inversores están atentos a cualquier movimiento.

Jaime Durán Barba sostiene, y con razón, que a la hora de votar no importan los partidos políticos, ni los sellos de goma, ni lo que digan los dirigentes, sino el estado de ánimo de la opinión pública.

El asesor ecuatoriano, a quien Macri tanto le debe, opina que las alianzas con gente como Sergio Massa, Florencio Randazzo o Juan Manuel Urtubey no le aportarían a Cambiemos más votos sino más desencanto, y que erosionaría su base de sustentación.

No existen todavía los focus groups que determinen qué es lo que debería hacer el Presidente para evitar que el peronismo se una en su contra a medida que se acerque la competencia electoral.

Emilio Monzó, el Presidente de la Cámara de Diputado que comenzó su temprana despedida del cargo, piensa que Cambiemos debería haber seducido a los peronistascon más votos, más racionales y más alejados de Cristina, para evitar precisamente lo que está pasando ahora.

Monzó siempre quiso ser el estratega político de Cambiemos. El Durán Barba de «la rosca» bien entendida. Para acumular más poder y evitar que la oposición se envalentonara en épocas de vacas flacas.

«A Mauricio le falta un Durán Barba de la políticaEse lugar lo debería haber ocupado Monzó, pero se enfrentó a Marcos Peña y a María Eugenia Vidal, perdió, y el espacio ahora quedó vacante»,  me dijo un dirigente de Cambiemos que empezó a cantar la Marcha Peronista desde que tiene uso de razón y ahora se considera más macrista que justicialista.

Fuente: Infobae

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