El panorama es el peor en años. El chavismo llegó al poder a principios de siglo pero jamás protagonizó una crisis tan severa como la actual: el presidente Nicolás Maduro no logra satisfacer a los seguidores de Hugo Chávez , el petróleo ya no alcanza para sostener la economía, hay crisis energética, faltan alimentos y las góndolas de los supermercados están semivacías.
Ante esta situación, el mandatario venezolano intenta por todos los medios y con todas las estrategias defenderse de las acusaciones que vienen del extranjero pero también del seno de la sociedad y aferrarse al poder.
Ayer, en una rueda de prensa ante trabajadores de medios nacionales e internacionales, Maduro insistió que lo que ocurrió en Brasil fue un «golpe de Estado» y advirtió que la «derecha» tiene las mismas intenciones en su país.
«Sobre Venezuela se está montando un escenario de violencia para justificar una intervención extranjera», dijo desde el Palacio Presidencial de Miraflores. «Toda esta campaña internacional revela los planes que están organizando en contra de Venezuela (.) Esta es la forma de actuar de estas oligarquías, del imperio», agregó de acuerdo al diario El Universal.
Acto seguido, Maduro habló sobre los medios que para él lideran este plan en su contra y nombró a los diarios El País y El Mundo, de España; y The New York Times y The Washington Post, de Estados Unidos.
«Cuando nos tocan desde el imperio nos ponemos brutos», advirtió el bolivariano. «La campaña mundial ha recrudecido, las amenazas, los llamados al intervencionismo de nuestro país».
El llamado a defender el chavismo fue claro: Maduro dijo que llegó el momento de una «nueva revolución» para preservar «la independencia, la soberanía y los derechos del pueblo». «No es tiempo de traidores, es tiempo de lealtad y de amor por nuestro pueblo. Hago un llamado de conciencia y a la unión de nuestra patria, a la unión de toda la Fuerza Armada Bolivariana (FANB) y a la unión cívico militar para consolidar la paz», indicó.
Además, Maduro no se olvidó de uno de sus enemigos históricos, Estados Unidos, y advirtió cuáles son sus planes y su forma de llevarlo a cabo: «Han utilizado a Obama y su capacidad para bailar, para sonreír, para distraer. Obama tiene semanas que lo que hace es salir bailando.
Lo que la oposición quiere
Maduro también fue duro con la Asamblea Nacional, que luego de las elecciones parlamentarias de diciembre está por primera vez en 16 años en manos de la oposición.
«La oposición quiere golpe de Estado, intervención extranjera, y guerra económica», aseveró el presidente que además aseguró que no hay razones ineludibles para llamar a un referéndum sobre su gobierno: el «revocatorio es una opción, no una obligación».
«Nosotros no estamos obligados a hacer ningún referendo en este país de ningún tipo y tiene su reglamento para activarse», declaró Maduro. Y fue duro: «La Asamblea Nacional perdió vigencia política. Es cuestión de tiempo» para que desaparezca».
La Nación