La llegada de Maduro se produce tras reuniones previas de una delegación venezolana con funcionarios chinos como el ministro de Asuntos Exteriores Wang Yi y el vicepresidente Han Zheng, en Pekín y Shanghái esta semana, según informó el Ministerio de Asuntos Exteriores de China.
Los dos países «coordinan y cooperan estrechamente en asuntos internacionales y regionales, se apoyan firmemente mutuamente y se oponen conjuntamente al hegemonismo y al unilateralismo«, dijo el vicepresidente de China, Han Zheng, a la delegación venezolana, según un informe del viernes del medio estatal chino CCTV.
Por su parte, la vicepresidenta Rodríguez, dijo el viernes en una publicación en Twitter que los dos gobiernos estaban fortaleciendo las relaciones y la cooperación a favor de la paz.
Petróleo: el principal nexo entre Venezuela y China
A pesar de las sanciones de Estados Unidos al petróleo venezolano, entre enero y agosto de este año, China importó alrededor de 390.000 barriles por día de crudo del país sudamericano, por un total de aproximadamente 12,9 millones de toneladas métricas, según datos de la consultora de materias primas Vortexa.
Sin embargo, hubo un conflicto entre ambas naciones. La empresa estatal China National Petroleum Corp (CNPC) tiene una participación del 40% en el proyecto Sinovensa, en la faja del Orinoco venezolano, junto con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
CNPC dejó de transportar petróleo venezolano en agosto de 2019 después de que la administración del expresidente estadounidense Donald Trump endureciera las sanciones contra Venezuela, aunque otras entidades chinas siguieron comprando.
Venezuela también está muy endeudada con China luego de acuerdos de préstamos por más de 50.000 millones de dólares con el entonces presidente Hugo Chávez. Una caída de los precios del petróleo y la disminución de la producción de crudo causaron problemas de liquidez al gobierno de Maduro, que se vio obligado a solicitar períodos de gracia para la deuda con China en 2016.
En 2020, la administración de Maduro y los bancos chinos acordaron nuevamente un período de gracia de la deuda, que estuvo estimada en 19.000 millones de dólares.