A veces el destino es inexorable. Y es muy probable que apenas después de escuchar la voz de alto de la dueña de casa, todavía agitado y asustado, el sospechoso haya pensado en eso: que cuando las cosas tienen que salir mal, salen mal. La que presenció Infobae en Pinamar esta tarde fue una escena típica de esos dibujitos animados en los que el gato, huyendo del perro, se mete en la cucha de su perseguidor. Dos sospechosos a bordo de una moto robada chocaron cuando escapaban de la Policía y uno de ellos, en el afán de no ser agarrado salió corriendo y se metió en la primera casa que encontró abierta. Pero no sabía que allí vivían dos agentes de la Bonaerense, quienes lo agarraron y se los entregaron a sus compañeros.
Todo comenzó cerca de las 19 cuando desde un control policial sobre la avenida Bunge los agentes del Grupo de Prevención Motorizada (GPM) detectaron una moto sin patente y el comportamiento extraño de sus ocupantes, quienes, según contaron fuentes del caso a Infobae, se pusieron nerviosos cuando vieron el retén.
Los policías intentaron frenarlos para chequear la documentación del vehículo, pero la moto los esquivó y se inició una persecución que apenas duró 200 metros. El conductor de la moto y su acompañante doblaron por Bunge en la calle Marco Polo y a los 100 metros, en el cruce con Jasón, perdieron el control de la moto y chocaron de frente contra un Renault 12 conducido por un jubilado.
Uno de los ocupantes de la moto cayó al suelo y enseguida fue atrapado por dos agentes del Operativo Sol apostados en esa esquina. El otro salió corriendo por Marco Polo hacia la avenida Constitución. Apenas inició la carrera se sacó el casco y lo tiró en la calle y a los 20 metros vio que una casa tenía la puerta abierta y se metió para refugiarse. En la vereda estaba uno de los inquilinos de la vivienda y adentro, su hermana. Lo que no imaginaba el sospechoso es que ambos son policías de Pergamino y que están en Pinamar destinados a las tareas de prevención. Los agentes estaban desarmados y de civil en ese momento porque habían terminado su turno dos horas antes. Sin embargo, policía entró a la casa, lo redujo sin violencia y lo entregó al GPM.
«Lo vimos entrar y lo agarramos. No teníamos esposas encima pero no hizo falta porque no se resistió cuando le dijimos quiénes éramos», comentaron a Infobae los hermanos policías. Según explicaron, el sospechoso no descartó nada ni en la carrera ni adentro de la casa. Tampoco se le hallaron objetos ni dinero robado a su acompañante.
Los sospechosos, dos jóvenes de entre 2o y 25 años oriundos de Villa Gesell, fueron trasladados a una unidad médica porque estaban golpeados, producto del choque de la moto contra el Renault. Luego, quedaron detenidos en la comisaría 1a de Pinamar, acusados de «encubrimiento de hurto de moto vehículo y resistencia a la autoridad».
Según los registros policiales, la moto había sido robada el 23 de diciembre pasado en Pinamar y tenía pedido de secuestro activo. Eso seguramente explique por qué no tenía la patente. El caso es investigado por el fiscal Pablo Calderón, de la UFI 4 de Dolores, con sede en esta ciudad.