Tras entrar a los tribunales de Coronel Brandsen esta mañana para declarar ante el fiscal Mariano Sibuet entre un tumulto de policías y periodistas, el dirigente y barrabrava Marcelo Mallo, que supo alardear vínculos casi carnales con el kirchnerismo, se sentó en una silla para no decir demasiado. Sibuet, que investiga el tiroteo del viernes pasado en la zona de Ranchos que protagonizaron en plena fuga Martín Lanatta, su hermano Cristian y Víctor Schillaci y que dejó a dos policías heridos de gravedad, indagó a Mallo por dos sorpresas halladas en el allanamiento realizado ayer su casa de San Francisco Solano: un arma .9mm y un revolver calibre .357 y un .38, además de municiones y una picana.
José Novelo, abogado de Mallo, se quejó de que el allanamiento, realizado en el marco de 37 procedimientos para dar con los autores materiales del triple crimen de General Rodríguez, no tenía sentido ni justificación, y que para colmo a Mallo «le rompieron toda la casa» en el proceso. Fue un dato de inteligencia policial que aseguró que Mallo y el trío de prófugos «son amigos», aseguró una voz con acceso a la investigación, lo que llevó a la puerta del ex líder de Hinchadas Unidas Argentinas y que causó también la detención de su hija, Brenda Mariel, de 25 años. Pero, a pesar de todo esto, la indagatoria no dio frutos significativos.
Fuentes judiciales confirmaron a Infobae que Mallo no proveyó información que ayude a encontrar a los Lanatta y a Schillaci o a esclarecer el tiroteo en Ranchos. En cuanto a la tenencia de armas, se limitó a decir que «eran de un amigo que se las quería vender y por eso las tenía». Hasta ofreció un testigo, un pariente suyo que también declaró y abonó su versión.
Aunque Mallo es usuario legítimo de armas con habilitación del RENAR, no pudo justificar la posesión de ambas pistolas, lo que llevó a que sea imputado por tenencia de arma de guerra. Su abogado hasta llegó a decir que la picana «la tenía de hobby».
Los procedimientos continuaron esta mañana: la casa de María Lanatta, hermana de Martín y Cristian, fue allanada y se secuestraron celulares y una PC. La aparición de Mallo en la trama fue toda una sorpresa. Presuntamente ligado a nombres de peso en el kirchnerismo como Rudy Ulloa, ex chofer de Néstor Kirchner, encabezó Hinchadas Unidas en el Mundial de Sudáfrica 2010, para desplegar simbología oficialista en sus trapos.
El ex juez Mariano Bergés incluso aseguró que Mallo fue parte de una estructura «cuya principal cabeza era Aníbal Fernández». Con el tiempo, Mallo pasó a un perfil más bajo. El resto de los barras de Hinchadas Unidas, que integraban clubes como Independiente, Temperley y San Telmo, decidió darle la espalda ante una supuesta traición en donde el dirigente había brindado información a organismos de seguridad, lo que llevó a varios barras fuesen deportados en Sudáfrica.
Mallo continuará detenido por al menos cinco días, estiman fuentes de la causa, hasta que el juez César Melazo resuelva su situación procesal.
