Marcos Peña continuará en el Gobierno pero con un recorte explícito de su poder

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(Maximiliano Luna)

Mauricio Macri tiene un nuevo eje de poder interno: María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta ya ocupan el espacio político que detentaron Marcos Peña y Jaime Durán Barba hasta la apabullante derrota frente a la fórmula Alberto Fernández-Cristina Fernández de Kirchner. La decisión busca superar la actual crisis económica y obtener su reelección presidencial.

Macri hoy recibe en Los Abrojos al futuro ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, y Peña no participará en ese cónclave destinado a discutir nuevas medidas económicas. Es la primera vez que Macri aparta a su jefe de Gabinete de una reunión importante para decidir políticas de Estado.

Peña se queda por ahora en la Casa Rosada, pero su poder ha sido recortado ante la presión política de la coyuntura electoral y la sugerencia de Vidal y Rodríguez Larreta, que ocuparon los espacios de poder que pertenecían al jefe de Gabinete y al gurú sociológico Durán Barba.

Desde hace un año que Vidal y Rodríguez Larreta no comparten la agenda económica que diseñaba Peña y ejecutaba Nicolás Dujovne. La gobernadora bonaerense y el jefe de Gobierno porteño sostenían que era recesiva y que podía conducir a una derrota electoral en 2019.

Peña tenía todo el poder interno en la administración de Macri y soslayó los argumentos políticos y económicos de Vidal y Rodríguez Larreta. Estaba apoyado por el presidente y flanqueado por Durán Barba que aún aparecía como un gurú electoral invencible que contaba anécdotas simpáticas.

La inesperada derrota del domingo 11 de agostó demolió el sistema de poder interno en la Casa Rosada. Peña se había equivocado en su estrategia electoral, Duran Barba había fracasado en sus estudios sociológicos y Dujovne en su voluntad personal ya había presentado su renuncia indeclinable.

Macri estaba devastado, Vidal herida y muy triste y Rodríguez Larreta irritado por un resultado electoral que -creía- se podía haber evitado. Desde esa anoche aciaga de las PASO, el jefe de gobierno porteño se transformó en un consultor obligado del presidente, mientras que Peña pasó a un cauteloso segundo plano.

Rodríguez Larreta fue clave en el planteo ideológico de las nuevas medidas económicas. El jefe de Gobierno se crió en una familia desarrollista -su padre Horacio fue amigo y consejero de  Arturo Frondizi- y no dudó en presionar para que se lanzara una batería de propuestas coyunturales destinadas a «paliar» la crisis y a reconquistar el voto de la clase media.

A la vez que crecía la influencia de Rodríguez Larreta, bajaba el poder interno de Peña y se acercaba el final de Dujovne como ministro de Hacienda. Dujovne estuvo al margen de las medidas lanzadas para estimular el consumo, y los anuncios formales fueron protagonizados por  el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

Pero Rodríguez Larreta no estaba sólo en esta ofensiva interna: la gobernadora de Buenos Aires también empujaba hacia una reformulación de la toma de decisiones en el primer piso de Balcarce 50, adonde tienen sus despachos el presidente y su jefe de Gabinete.

Vidal y Rodríguez Larreta se reunieron en la semana y decidieron avanzar contra Dujovne y los restos de su plan de ajuste. Creen que Peña ya cumplió su ciclo en la Casa Rosada, pero consideran que ahora su reemplazo sería leído como un vacío de poder en la administración de Macri.

En este sentido, la gobernadora y el jefe de Gobierno acordaron desayunar con el presidente en su quinta familiar de Los Abrojos. Sucedió el sábado pasado, y fue terminante para Dujovne y Peña. El ministro renunció al día siguiente, y el jefe de Gabinete -por primera vez en muchísimos años junto a Macri- no participó en la toma de decisiones.

Vidal y Rodríguez Larreta no sólo forzaron la renuncia de Dujovne y sugirieron a Hernán Lacunza como su reemplazante, además aconsejaron mantener -por ahora- a Peña como jefe de Gabinete. A pocas semanas de las elecciones de octubre, Vidal y Rodríguez Larreta son el poder real en la Casa Rosada.

Macri aceptó la sugerencia de la gobernadora y el jefe de gobierno, pero eso no implica que Peña permanezca en su cargo hasta fin de año. El presidente decidirá su continuidad acorde a la situación de los mercados y del humor social.

Si no alcanza con las nuevas medidas económicas, la designación de Lacunza y el pedido de disculpas a la clase media que voto en su contra, Macri renunciará a Peña como su jefe de Gabinete. Ya tomó la decisión, aconsejado por Vidal y Rodríguez Larreta.

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