Entre permisos para correr y el transporte sólo para personas esenciales, las empresas siguen abriendo sus puertas pero, a la vez, acumulan dificultades. Un trabajo de la Unión Industrial Argentina señaló que aunque se duplicaron la cantidad de compañías que volvieron a trabajar, los problemas operacionales y financieros se siguen profundizando y eso repercutirá en las posibiliades de pago del aguinaldo.
Un relevamiento entre más de 700 empresas industriales que se realizó entre el 3 y el 10 de junio mostró que con la habilitación de actividades y la puesta en marcha de protocolos para la producción en varias regiones y sectores de actividad, el panorama productivo mostró una leve recomposición respecto de los relevamientos previos.
Según esta encuesta, de las 700 compañías, el 21% continúa inactiva, lo que significa una mayor apertura respecto del mes anterior cuando eran el 56% las que continuaban sin trabajar.
Pero esa apertura no se reflejo en una vuelta a la “vieja” normalidad. Sólo un 17% produce al nivel previo a la pandemia y más del 43% produce con caídas mayores al 50% y el 33% de las empresas enfrenta caída de las ventas por encima del 60% y otro 29% tuvo caídas entre el 30% y 60% (en comparación a las ventas de antes de la pandemia).
En este contexto es que las firmas industriales empiezan a avisar que no hay margen para afrontar más pagos, y eso incluye al Sueldo Anual Complementario (SAC). Según el trabajo de la UIA las dificultades para el pago de salarios se redujeron por la implementación del ATP (63% de empresas alcanzadas) y los acuerdos de suspensiones. Sólo un 3% de empresas presentó dificultades para el pago de salarios en mayo. Sin embargo, la compañías asociadas a la UIA que contestaron la encuesta mostraron que la “mitad de las empresas tendrá dificultades para afrontar el pago del medio aguinaldo”.
A tres meses de iniciada la pandemia, los problemas económicos y operativos se van acumulando. Además, las perspectivas de las empresas muestran la profundización de algunas problemáticas.
Las empresas siguen “forzadamente endeudadas” debido al corte de la cadena de pagos y a la caída de la facturación. Hay un elevado porcentaje de empresas con atraso en impuestos (41%), en compromisos financieros (29%), en pago a proveedores (27%) y en tarifas de servicios (18%).
El informe de la entidad dice las perspectivas de las empresas muestran la profundización de algunas problemáticas. Aunque señalan que las medidas de asistencia financiera tuvieron un paulatino avance respecto al mes anterior (un 52% de empresas pudo acceder a dichas líneas de crédito”, los empresarios dicen que “persisten dificultades” y apuntan a los bancos.
“La falta de respuesta de los bancos, acceso parcial a las líneas de financiamiento, dificultades para presentar la documentación requerida y el rechazo por la situación de riesgo crediticio, entre otros.
También hacen referencia a los problemas para calificar como sujeto de crédito son mayores en el contexto actual por la acumulación de deudas. Además, las empresas muestran elevados porcentajes de cheques sin cobrar. El 24% tiene más de 30% de su cartera de cheques en esta situación.
Pese a la habilitación para producir en diversas regiones, las empresas enfrentan un incremento de los costos operativos por las dificultades logísticas: 54% tiene dificultades para abastecerse de insumos en el mercado local, 39% encuentra inconvenientes para garantizar el traslado del personal y 28% reportan impedimentos en el acceso a insumos importados por los cambios normativos.
Pero uno de los puntos más preocupantes de cara a los próximos meses, y que será leído con preocupación en algunos despachos de la Casa Rosada, es que de las 700 empresas encuestadas el 38% manifestó que, de mantenerse las mismas condiciones en los próximos 3 meses, la continuidad de su actividad estará comprometida. Un 13% sostuvo que, de prolongarse el estado de situación, podría entrar en concurso preventivo.