Mauricio Macri cree que faltan tres días para que se cumpla el «Día D». La jornada de este lunes entre reuniones en la Casa Rosada y la residencia de Olivos fue la primera prueba que sorteó el Gobierno para mostrar que las medidas económicas tomadas ayer llevaron tranquilidad en los mercados y que si todo sigue igual se buscará lo que el Presidente quiere de la agenda inmediata: la concreción de la una «tregua controlada» con la oposición.
El Presidente inició muy temprano en Olivos los contactos con su gabinete, al que luego convocó a una reunión en Casa Rosada. Pero para ese momento ya tenía monitoreado el mercado y al sentarse en el Salón de Científicos con sus ministros sabía que el dólar no había disparado, que la reacción de los mercados a las medidas lanzadas inusitadamente un domingo por decreto habían dado resultado y que la oposición se había llamado a la moderación. Aun así deslizó un mensaje de calma a sus funcionarios.
«Si pasamos tres días sin que la histeria o los nervios de los mercados que se traslade a la sociedad habremos ganado esta batalla y podremos gestionar con la mirada puesta en octubre», explicó a Infobae un funcionario que estuvo presente en el cónclave.
En el marco de esta estrategia que se fijó el Gobierno de pasar los tres días de oro en paz en los mercados y un dólar que no supere los 61 pesos es que se buscará mostrar «un Presidente que trabaja de presidente». Para eso la moneda norteamericana debería mantener el mismo comportamiento de hoy, que cayó un 15%. La apertura fue a $63 en el Banco Nación y una hora más tarde ya había bajado a $57.
De esta manera, en la Casa Rosada respiraron tranquilos y entrevieron que si en los próximos días el dólar no pasa los $61 y sigue la buena reacción de los mercados ante las medidas de contención anunciadas, se podrá ir hacia lo que Macri deslizó hoy en varias reuniones reservadas: «Una tregua controlada».
Es decir, que el diálogo con la oposición se mantendrá y el ministro de Hacienda,Hernán Lacunza, seguirá los contactos con referentes económicos de la oposición. En este contexto, las posibilidades de que ningún otro «exabrupto» como el que le endilgan a Alberto Fernández tras su reunión con el FMI y aquellas declaraciones al Wall Street Journal sobre un «default» en la Argentina que desató la furia en los mercados podría ser controlado ahora, según dicen en la Casa Rosada, con las medidas en marcha.
Al menos tres ministros que estuvieron hoy en la reunión de Gabinete vieron a Macri de buen ánimo y mucho humor. Pero también dijeron que trató de no expandir un optimismo exacerbado sino más bien se mantuvo cauto y en línea con la idea de esperar los tres días de oro de calma en los mercados.
Precisamente, esta misma cautela es la que pidió Macri trasladar al presidente del Banco Central en la conferencia de prensa que brindó por la tarde. «En el primer día de las nuevas medidas la intervención del Central en el mercado de cambios fue nula», detalló Guido Sandleris. «Los bancos mantuvieron niveles de liquidez muy altos. Dado el contexto, dejamos que eso suceda aunque eso significó estar apenas por sobre la meta. Esos pesos que no se renovaron en el subasta de Leliq se mantuvieron en las cuentas de los bancos en el Central», dijo el presidente del BCRA.
La cautela de Macri tiene una explicación: hoy fue un día «atípico» por el feriado en Estados Unidos y por ser el primer día de las medidas anunciadas. De allí la necesidad de esperar los tres días de oro para dar que el Gobierno pueda volver a la normalidad.
En la Casa Rosada están convencidos de que si todo vuelve a la normalidad y el debate de la deuda, sumado al proyecto de ley de vencimiento de la deuda de los bonos locales se encuadra en el Congreso, Macri podrá volver a la gestión pura y en octubre avanzar en la campaña con todo para dar pelea por el balotaje.
«Necesitamos que los argentinos vuelvan a pensar en un país normal, sin los fantasmas del pasado del default y con un gobierno que está en plenas funciones», recaló un secretario de Estado.
Anuncios de gestión y mesa política
En la reunión de Gabinete hubo anuncios y temas de gestión que Macri buscó poner sobre la mesa temas de la administración. Así, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, mencionó el éxito con que marcha el plan del Servicio Cívico Voluntario que ya reunió a 1.200 inscriptos. En tanto, el ministro de Justicia, Germán Garavano, pasó revista de una decisión de su cartera de pasar la caja dejubilaciones de los empleados del servicio penitenciario a la caja de las fuerzas de seguridad. Y el ministro de Producción, Dante Sica, mencionó que el programa de eliminación del IVA en alimentos de la canasta básica generó una contención de los precios y a la vez una baja en algunos productos.
La estrategia de Macri de alcanzar una «tregua controlada» se completará con la ronda de diálogo que inició Lacunza con el equipo de Alberto Fernández, con referentes de Consenso Federal, el espacio que lidera Roberto Lavagna, y con economistas del oficialismo como Martín Lousteau y Carlos Melconián.
En todos los casos, Lacunza recibió hasta ahora un apoyo explícito que, ahora, se tiene que materializar en el recinto de sesiones del Senado y Diputados. Pero igualmente, Macri prefiere esperar y tener todo cerrado antes de avanzar en el debate en el Congreso. La cautela fue tal que el ministro de Hacienda postergó su presentación este miércoles en la Comisión Bicameral de seguimiento de la deuda, presidida por el peronista José Mayans e integrada por Axel Kicillof y Marco Lavagna, entre otros.
Por la tarde, el jefe de Estado lideró la reunión de los lunes de la Mesa de Acción Política con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, la gobernadora María Eugenia Vidal, el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, el candidato a vicepresidente, Miguel Pichetto, los diputados Lilita Carrió y Mario Negri y el presidente provisional del Senado, Federico Pinedo.
Se analizó la marcha de los mercados, los efectos de las medidas tomadas y Pichetto habló sobre la misma estrategia que buscó transmitir el Presidente: «La gente no tiene que ir a correr a los bancos a retirar los depósitos porque acá no hay ningún problema de liquidez. Es importante transmitir tranquilidad y decirle a que la gente no retire los depósitos», dijo el candidato a vicepresidente.
También Macri habló en esa mesa de análisis político de evitar una confrontación con la oposición y generar un clima calmo de cara a la campaña.
El Presidente cree que si se sortean los próximos tres días sin exabruptos se deberá seguir con la gestión para ir hacia octubre a la campaña de lleno.