Lo acompañaron Roberto Murchison (Murchison), Javier Madanes Quintanilla (Aluar), Luis Pagani (Arcor), Sergio Kaufman (Accenture), Luis Perez Companc (Molinos), Martín Migoya (Globant), Marcos Bulgheroni (Axion Energy), Mariano Bosch (Adecoagro) y Daniel Herrero (Toyota).
También fue invitado Paolo Rocca (Techint) pero le fue imposible asistir ya que en ese momento se encontraba presidiendo el Directorio Mundial de Tenaris, un evento que se organiza con un semestre de antelación para coordinar horarios y agendas en todo el mundo, según explicaron en la compañía.
El mandatario estuvo acompañado por los ministros de Interior, Eduardo de Pedro y de Economía, Martín Guzmán, y los secretarios de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz y General de la Presidencia, Julio Vitobello, además del jefe de Asesores, Juan Manuel Olmos.
La razón principal de la convocatoria fue conocer los problemas que tienen las empresas, tanto en el plano local como internacional. Los dueños de las compañías no fueron con ningún planteo particular, pero fueron interrogados por el presidente sobre cuestiones clave como la presión impositiva.
De hecho, según pudo saber Ámbito, le Presidente les prometió una reforma impositiva “para que queden tres o cuatro impuestos para evitar a los contadores”.
Antes del encuentro con los dueños de las empresas, Alberto Fernández almorzó en la residencia de Olivos, con Roberto Lavagna, un economista habitualmente consultado por el Gobierno, entre otros, según informaron fuentes oficiales. En recientes declaraciones públicas, el exministro de Economía sostuvo que “si se toman algunas medidas básicas, la economía puede responder bastante rápido después de la pandemia”.
Este pensamiento es compartido por la administración oficial. En los despachos estiman que “lo peor ya pasó” (salvo situaciones imprevistas) y que el mayor impacto de la crisis desatada por el coronavirus tuvo lugar en abril. Los indicadores tanto públicos como privados dan cuenta de este derrumbe.
La producción de las pymes industriales se desplomó un 53% en abril respecto de igual mes de 2019, según la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME). Por su parte, la AFIP informó la recaudación en aportes y contribuciones patronales tuvo una merma de 23% interanual en mayo, descontada la inflación.
Pero ya desde el mes pasado la situación ha comenzado a mejorar. En el Gobierno se señala que volvieron a la actividad 2 de cada 3 trabajadores privados y que en 19 provincias ya funciona el 80% de las actividades.
Sostener a la actividad económica implica un elevado costo para el Estado. En conjunto, la asistencia alcanza a 5% del PBI, según la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Las cifras oficiales muestran que 9 de cada 10 hogares recibieron ayuda estatal. La AFIP informó ayer que en mayo más de 1,8 millones de trabajadores del sector privado –ocupados en más de 193.000 empresas- recibieron parte de su sueldo por la ayuda estatal.
Pero la visión del Presidente es que, además del esfuerzo estatal, se requiere que las empresas se sumen “de una manera más decidida” al esfuerzo de reconstrucción, comentan en el entorno del primer mandatario. Ya les había mandado una señal días atrás al descalificar al proyecto de la diputada Fernanda Vallejos que proponía acceder al capital accionario de las sociedades a cambio de la ayuda estatal.
Ahora, en las conversaciones con los empresarios – algunas públicas y otras más reservadas – el primer mandatario viene insistiendo en que su gobierno hará todo lo posible por despejar los interrogantes económicos logrando un acuerdo para la renegociación de la deuda externa con los bonistas (siempre que no se comprometa el crecimiento del país).
En el Gobierno también toman en cuenta que existe una creciente demanda social por recuperar la economía. En abril el coronavirus le preocupaba más que la economía al 80% de la población y sólo 16% afirmaba estar más preocupado por la economía, según una encuesta de la consultora Synopsis. La última medición, correspondiente a fines de mayo, arroja que se han invertido los números, ahora mayoritariamente preocupa más la economía – 49% de los consultados – contra 47% que manifiestan que el coronavirus es la principal preocupación.
Liliana Franco/Ámbito