Misterio por la desaparición de un prestigioso médico en Córdoba: su auto de lujo quedó abandonado con 8 millones de pesos

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Daniel Casermeiro es una suerte de eminencia de la ginecología en la provincia de Córdoba, y uno de los médicos más famosos de la ciudad de San Francisco. Y su desaparición sin motivos aparentes causó desde el jueves una conmoción en toda la región, con un paradero todavía desconocido, con su auto de lujo abandonado en un maizal.

El jueves por la mañana, temprano, Casermeiro, de 61 años, acudió a hacer un trámite a una entidad bancaria de San Francisco. Se estima que retiró una suma de dinero, aunque desde la investigación por su desaparición se optó por mantener en reserva ese dato. Poco después, el médico regresó a su consultorio del Sanatorio Argentino, centro de salud del cual es uno de los socios fundadores.

Durante el transcurso de la mañana, el ginecólogo atendió a pacientes. Ya cerca del mediodía y cuando todavía quedaban personas por atender, Casermeiro le avisó a su secretaria que debía marcharse para atender un asunto y que regresaría en poco tiempo.
Pero Casermeiro se demoraba en regresar. La secretaria, ante las quejas de los pacientes, llamó al celular del médico. El médico atendió, le dijo que reprogramara las citas porque no iba a llegar a tiempo y le avisó a la empleada que regresaría al sanatorio para atender a los pacientes del turno tarde. Tampoco volvió.

“Esa es una de las cosas más extrañas. En los más de 30 años de carrera, mi papá jamás dejó de ir al consultorio a atender a sus pacientes. Ha llegado a ir hasta muy enfermo y casi sin poder levantarse de la cama. Eso nos confunde mucho”, le explicó a Infobae Diego Casermeiro, uno de los hijos del médico desaparecido.

Lo que sigue en el relato de ese día, para los patrones usuales de conducta de Casermeiro, resulta sumamente extraño.

Casermeiro se dirigió a bordo de su BMW 220i plateado hacia Luxardo, un pueblito minúsculo del Este cordobés, ubicado a un puñado kilómetros de San Francisco, que posee apenas 130 habitantes y que en 2017 fue noticia luego de que ocurriera un homicidio por primera vez en 20 años en la zona.

Casermeiro compró tres bebidas cerca de las 14:30, ninguna con alcohol. “Entró, golpeó con sus manos. Atiendo y él me pide agua. Le digo que no hay y le ofrezco agua saborizada, entonces compra dos botellas de bebidas energéticas. Me dice: ‘Veo que es un lugar de mucho ciclismo’, a lo que le respondo que mucho de afuera pero de acá ninguno. Se reía, charló conmigo. Pagó con un billete de 200 pesos’”, relató el kiosquero al diario La Voz de San Justo.

Además, el joven dijo que se sorprendió al enterarse del modelo del auto y el médico lo invitó a la calle para que lo pudiera ver. Luego se despidieron y el médico se marchó.
Desde entonces, nadie más lo volvió a ver. La última conexión del teléfono celular del médico se produjo cerca de las 16 y rebotó por última vez en una antena ubicada en el mismo pueblo de Luxardo.

Desde el día siguiente, el viernes, la familia Casermeiro desplegó un operativo en toda la región para poder encontrar al ginecólogo. Su hijo Diego atendió a los medios de prensa locales y la imagen del médico se divulgó por diferentes plataformas de las redes sociales.
Además, desde el Ministerio de Seguridad de la provincia se realizó un importante despliegue de búsqueda, en el que se incluyó el rastreo de perros especializados, el rastrillaje en grandes campos aledaños y la supervisión aérea de un helicóptero.

“No sabemos qué le pudo haber pasado. Revisamos su actitud en los últimos días y era de lo más normal del mundo. No estaba peleado con nadie que nosotros, sus hijos, sepamos. Además, el mismo día de su desaparición, tanto su relación con las pacientes de la mañana como su charla con el kiosquero fue muy amena. Todos dijeron haberlo visto muy tranquilo”, relata Diego Casermeiro.

La incertidumbre se alimentó recién el domingo en las primeras horas de la mañana, cuando un puestero rural halló el BMW.

El vehículo se encontraba vacío, en el medio de un campo de maíz ubicado precisamente entre Luxardo y San Francisco. Estaba a unos pocos metros de cruce entre la Ruta 1 y la Avenida de los Constituyentes. Según los lugareños, el lugar donde se encontraba el vehículo era utilizado comúnmente por aquellos conductores que intentaban tomar un atajo en el camino hacia el centro de la ciudad. Esa zona es de difícil acceso, con muchas ramas.

Según confirmaron fuentes de la investigación a medios cordobeses, en el auto no se hallaron rastros de sangre, no presentaba signos de violencia y tampoco se encontró una carta o algún tipo de mensaje. El tanque de combustible estaba lleno.

Sin embargo, el dato que despertó la atención de los investigadores fue que dentro del vehículo se encontró una suma grandísima de dinero, guardada entre el baúl y el asiento trasero. Según confirmaron medios cordobeses, la suma total del valor de los billetes alcanzaba los 8 millones de pesos.

Este factor disparó el rumor de que Casermeiro también operaba como prestamista, versión que fue desestimada de inmediato por su hijo Diego.

“Esas son puras mentiras. Mi viejo nunca fue prestamista de nadie. Yo no pude ver el auto y no sé cuánta plata había ahí dentro. Sí pude averiguar que él a la mañana hizo un trámite en un banco y que por la tarde tenía pensado encontrarse con un arquitecto para realizar la firma de un contrato de la construcción de una casa. Posiblemente esa plata del auto era para usarla en ese asunto”, detalló Diego.

El encuentro con el arquitecto debía realizarse en San Francisco. Estaba pautado para cerca de las 17, pero Casermeiro llamó para pedirle si podían adelantar la reunión, ya que debía hacer trámites luego y no iba a llegar a tiempo. Ese encuentro nunca se produjo.

El ginecólogo es socio de dos clínicas privadas, accionista de un centro de rehabilitación deportiva, y también socio de tres centros de diagnóstico por imágenes, uno de ellos ubicado en la provincia de Santa Fe. Según sus registros comerciales, posee una deuda bancaria de poco más de 1,3 millones de pesos, pero el pago de esa deuda se encuentra al día. Podría tratarse de un crédito concedido por algún banco.

“Ahora estamos desconcertados. Mi hermano Federico y yo trabajamos en el sanatorio, somos cirujanos plásticos, y no estábamos en la ciudad al momento de su desaparición. Pero no encontramos motivo para que alguien haga algo. Nosotros sabemos de medicina, no de investigación”, dice Diego, quien reconoció haber viajado a Luxardo y haber charlado con el joven que atendió a su padre en el kiosco.

En tanto, el hermano afirmó que el arquitecto con el que se debía encontrar habría declarado con los investigadores y habría explicado los detalles del encuentro, que nunca se llevó a cabo.

La causa quedó en manos de la fiscal de turno de San Francisco, Silvina Quaglia, y del fiscal de Delitos Complejos, Bernardo Alberione, quienes optaron por mantener el hermetismo hasta poder dar con el paradero del médico.

Este lunes la búsqueda continuó en campos y calles de pueblos aledaños. La intención es cubrir un radio de 16.000 metros cuadrados, investigar a fondo la ciudad de Freyre y reanudar la búsqueda aérea en las zonas de Colonia Marina y Quebracho Herrado.

Mientras tanto se aguarda que los especialistas de la policía científica de Córdoba puedan aportar nuevos datos a la investigación, obtenidos del análisis del BMW.

“No sabemos qué pensar. Por ahora estamos ayudando como podamos en la búsqueda. Aportamos todos los datos que podíamos. Esperamos que pueda ver el revuelo que se armó y ponerse en contacto. Nosotros no podemos hacer mucho”, se lamentó el hijo del hombre desaparecido.

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