Monseñor Bokalic instó, «a las autoridades a mirar un poco más nuestras realidades de marginación y probreza»

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En la jornada del lunes, la comunidad católica de Nuestra Señora de Lourdes (ubicada en el barrio homónimo) celebró con gran alegría los 50 años de la parroquia. La celebración central estuvo presidida por monseñor Vicente Bokalic quien animó a los fieles a seguir caminando de la mano de la Virgen María sembrando el evangelio, el mensaje de vida y la esperanza en cada hogar de las familias bandeñas. Además, instó a las autoridades de la ciudad a caminar, «un poco más nuestras realidades. Mirar las realidades de la marginación y la pobreza que hay entre nosotros».

Bajo el lema «En unidad y alegría, caminemos con María», los feligreses desarrollaron una serie de actividades que sirvieron de preparación para esta gran fiesta.

En la tarde del lunes, los devotos de María se congregaron en la rotonda del barrio Río Dulce y desde allí realizaron una peregrinación, la cual fue encabezada por la imagen de la Virgen de Lourdes; también participaron las diferentes imágenes pertenecientes a las comunidades barriales y rurales.

Cabe mencionar que las Bodas de Oro de la parroquia coincidió con la Festividad de la Ascensión de María, «una de las grandes fiestas que tenemos los católicos. Esta celebración es tan importante como la del Inmaculado Concepción de María que lo recordamos el 8 de Diciembre», precisó el obispo diocesano.

«El 8 de diciembre celebramos el comienzo de la vida; hoy -por el 15 de agosto- celebramos la dorminición de María. Ella atravesó este momento de la muerte. Es muy probable que no fue tan traumático como los nuestros», enfatizó Bokalic.

El pastor santiagueño explicó que la vida de María, tras la ascensión de Jesús, transcurrió junto a los discípulos en medio de una comunidad la cual se enriqueció con su testimonio, «y le llegó la hora de la partida, ella no sufrió la corrupción de su cuerpo, fue ascendida en cuerpo y alma; cómo fue eso, nadie sabe».

Bokalic indicó que la vida es para gozarla, pero que en el medio, «tenemos tantas luchas, dificultades. La lucha contra el mal es permanente, pero al final está el triunfo de la vida, de la justicia, de la verdad. Pero en el caminar tenemos muchas luchas. En el Bautismo bendecimos el corazón de los niños, para que el Señor fortalezca ese corazón para la lucha».

«Tendremos mil adversidades, tentaciones que nos hacen sufrir. Es el espíritu del mal que trabaja en la historia, el maligno está, nos quiere apartar del camino. Por eso hay tantas desigualdades, tanto odio, mentiras, muertes, disgregación. Es el espíritu del mal que sigue trabajando», sostuvo monseñor.

Por otra parte reflexionó, «el Señor sabe que somos frágiles y débiles. En nuestras comunidades tenemos momentos de plenitud, de cansancio, de tentaciones, malos testimonios, es común en nuestras vidas cotidianas. Pero María nos ayuda en nuestro caminar, ella tuvo que atravesar momentos de soledad, nos sentimos tan cercano a todo lo que ella vivió. Ella, mientras caminaba a la par de Jesús, estaba atenta a las necesidades y le arrancaba las gracias a su hijo».

«Con María queremos seguir andando en nuestros barrios, zonas urbanas y rurales. Nuestra parroquia -en referencia a Lourdes- Llega a Chaupi, Ardiles, limítrofes con los departamentos Jiménez y Río Hondo. Nuestro departamento es bien grande con infinidad de problemas, necesidades. Se hicieron cosas, y faltan tantas cosas por hacer en este sector de La Banda», indicó el prelado santiagueño.

«Ojalá que nuestras autoridades miren un poco más, caminen un poco más nuestras realidades. Necesitan no sólo vernos a la hora de pedir nuestros votos, ya pasaron las elecciones, ahora tienen que seguir andando mirando tanta realidad de marginación, de pobreza que hay entre nosotros», expresó Bokalic.

Finalmente el obispo de la Diócesis de Santiago dejó un mensaje, «debemos seguir trabajando juntos como comunidad, sembrando el evangelio, y también sabiendo tener la actitud servicial, de cercanía, tenemos que seguir haciendo, necesitamos de este espíritu que nos brinda María. Llevar el evangelio de la vida, de la fraternidad, de la reconciliación, renovar nuestro compromiso de la mano de María. Queremos caminar juntos como hermanos, para celebrar la bondad, el respeto, la comunión, sembrar la esperanza en cada hogar. Ese es nuestro lugar».

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