Monseñor Bokalic: «No podemos desentendernos de lo que pasa con nuestros hermanos»

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Tal como lo anticipó LA BANDA DIARIO este domingo el padre Ariel Muratore fue designado Administrador de la parroquia Nuestra Señora de La Salette. La ceremonia fue presidida por el obispo diocesano Vicente Bokalic quien instó a los fieles a tener un corazón compasivo, como el de Jesús, «no podemos desentendernos de lo que pasa con nuestros hermanos que están sumidos en un mar de males».

En la oportunidad también estuvieron presentes los sacerdotes Horacio Martínez Franco (de la parroquia Nuestra Señora de Lourdes) y José Guadalupe Prado Guevara (de la iglesia Santiago Apóstol).

 

En su reflexión monseñor Vicente Bokalic comentó, «Jesús en su andar misionero se entera que habían martirizado a Juan El Bautista, quien preparó los caminos del Señor. Por decir la verdad, por señalar lo que es justo, fue preso y le cortaron la cabeza. Jesús se retiró, no escapando de aquellos que podían matar el cuerpo, se fue a rezar para prepararse, y preparar a sus discípulos».

Por otra parte explicó que muchas veces el Señor, después de un día de trabajo solía retirarse para compartir con Dios, su Padre, «la gente lo seguía, necesitaba de su palabra, de sanación física y espiritual», agregó.

«Los apóstoles le dijeron a Jesús por qué no los despides para que busquen comida. Esta gente vaya a saber de dónde venía; y Jesús les sale con algo que los descolocó, ´denles ustedes de comer´», añadió el pastor santiagueño.

«Cuando les presentaron los panes y los pescados, bendijo los alimentos, los partió y los dio a los discípulos todos comieron, todos quedaron satisfechos, y se recogieron doce canastos. Gran señal milagrosa de Jesús», sostuvo Bokalic.

El obispo diocesano también destacó, «Jesús sintió compasión, por eso enseñó, sanó, perdonó, transformó vidas. Pero no se desentiende de las cuestiones materiales. Hoy, nos dice a nosotros que si queremos ser seguidores, no podemos desentendernos de lo que les pasa de nuestros hermanos que están sumidos en un mar de males». 

 

«Para esto tenemos que tener un corazón compasivo, que no es sentir lástima, una compasión que nos moviliza a la acción, porque se hace cargo del sufrimiento de los demás. Háganse cargo ustedes», expresó.

El prelado santiagueño se preguntó, «cuánta gente hambrienta vemos, a veces del pan material, a veces de salud, de vivienda, de sanaciones. Dénles ustedes de comer. Necesitamos tener un corazón compasivo para que sepamos ver las pobrezas y miserias de nuestros hermanos».

 

«Muchas veces nosotros le preguntamos a Jesús qué vamos hacer ante tantas adicciones, pobreza, tantos males, falta de trabajo. Con cinco pecados y dos panes, Jesús hizo el milagro. Él necesitó de esos cinco panes y dos pescados, para dar de comer a la multitud. Él necesita de un corazón sencillo y multiplicará las cosas. Si somos misericordiosos seremos capaces de cambiar vidas, Jesús quiere que seamos iglesia de servicio», concluyó.

 

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