Un adolescente de 16 años fue ejecutado de un tiro en la cabeza. El cuerpo de Víctor Fernando Márquez Dos Santos fue hallado la mañana del sábado en lalocalidad misionera de Santa Ana. El menor tenía el cráneo destrozado y los investigadores tardaron días en identificarlo.
El homicidio destrozó a la familia del joven y provocó un daño colateral irreparable: Eriberto Márquez (66), padre de Víctor, murió por un insuficiencia cardíaca a horas de enterrar los restos de su hijo.
Su corazón no soportó tanta angustia y murió en el hospital donde estaba internado después de una repentina descompensación que sufrió posterior al crimen, agregó ese medio.
«No era junta mala… La madre lo abandonó cuando tenía 1 año y 9 meses… No era de andar peleando ni quilombeando (sic)», había contado el padre del chico al sitio local El Territorio antes del sepelio.
“Santa Ana es un pueblo chiquito y creo que ya debería estar preso el culpable. Tienen tiempo suficiente y nosotros nos conocemos entre todos acá. Todo ocurrió a tres cuadras de mi casa y yo escuché tres tiros, pero imaginé que por ahí era un procedimiento de la Policía o de la Prefectura, nunca pensé que pudo haber sido esto”, sentenció Juan José Isaack, familiar de los fallecidos.
La familia del asesinado apunta a que el menor fue ejecutado por un efectivo policial: “No entiendo qué están buscando si el proyectil que impactó en la cabeza de Víctor es de una pistola 9 milímetros. Es un arma que no se puede comprar en cualquier esquina, nadie anda con ese tipo de armas más que las fuerzas de seguridad”, remarcó a ese medio Enrique Recalde, cuñado del adolescente.
El único sospechoso que quedaba detenido, Juan P. (18), recuperó la libertad por insuficiencia probatoria y ante ese panorama aún hay más misterios que certezas.