Mientras podría avaluarse la posibilidad de incorporar pistolas Taser para “policías de proximidad”, luego del asesinato de un uniformado en el barrio porteño de Palermo, la viuda del inspector Juan Pablo Roldán aseguró que su marido “no se sentía respaldado por las leyes” y reclamó un cambio en las normativas para que las fuerzas de seguridad puedan actuar y “no tener miedo por disparar”.
Roldán tenía 33 años y era padre de un nene de 4. Carolina, su mujer, recordó en declaraciones a un canal de cable que su esposo era muy feliz en su trabajo: “Era su pasión”. Sin embargo, a diario conversaban sobre la falta de respaldo y apoyo para los efectivos de las fuerzas de seguridad que se veían involucrados en situaciones de peligro.
“Él no estaba conforme con que un policía no pueda ejercer su labor como debe. No se sentía respaldado por la leyes», dijo Carolina y aseguró que «nunca hay apoyo hacia los policías” cuando se enfrentan a situaciones como las que enfrentó su esposo y le costaron la vida.
Carolina recordó el compromiso de su esposo con la comunidad. “Siempre me decía que ante un caso similar, él iba a reaccionar. De civil o de franco él era el primero para estar ahí y ayudar”, destacó.
Juan Pablo Roldán se desempeñaba como Inspector del Cuerpo de Policía Montada de la PFA. El grado de inspector lo había sido alcanzado a principios del 2019 luego de más de 10 años en la fuerza.
Carolina admitió también que una parte de la sociedad “no comprende» que la Policía está para ayudar y defender. «Muchos van en contra de la policía y ellos simplemente hacen su trabajo. La Policía no manejan las leyes, solo reciben órdenes y cumplen con su deber”, añadió.
“Las leyes tienen que cambiar. El policía tiene que poder contar con todas las facultades para poder defender a la sociedad y su vida, trabajar como debe ser. Un policía no tiene que tener miedo por disparar”, enfatizó Carolina.
Ayer, cerca de las 16:30, en la esquina de San Martín de Tours y Figueroa Alcorta, Roldán recibió cuatro puñaladas de arma blanca que lo dejaron gravemente herido. De inmediato fue trasladado al Sanatorio Mater Dei, donde finalmente falleció.
“Hoy fue él, pero si no estaba él hubiese sido otro policía; este hombre estaba dispuesto a matar. Mi marido dio su vida por los otros”, concluyó entre lágrimas Carolina.