La Noche de Brujas (o «Halloween») acumula críticos en la Argentina. Los argumentos apuntan a la festividad por «extranjera», otros, como un fenómeno puramente comercial.
En ese coro de voces detractoras volvió a pronunciarse la Iglesia Católica, una frecuente opositora a la festividad. A través de un llamativo comunicado, el Obispado de Jujuy expresó su rechazo contra los festejos de esta semana porque lleva a los niños «a los caminos del ocultismo y del terror», e instó a ofrecerles que «se disfracen de santos y ofrezcan estampitas en vez de otras cosas».
«La celebración de Halloween es una de esas cosas «importadas» que no coinciden con nuestra cultura ni con la fe de nuestro pueblo que mayoritariamente profesa la fe cristiana», señala el escrito difundido ayer por la entidad religiosa a través del portal de noticias católico AICA, en coincidencia con distintos actos por el Día de los Santos.
El obispado recordó que la Noche de Brujas es un festejo «de origen druida, de tiempos antes de Cristo y del hemisferio norte de Europa (Irlanda)», que «pone en danza brujas y figuras de terror, mezclándolo todo con la inocencia de los niños que se disfrazan y piden golosinas».
En ese marco, convocó a tener en cuenta que «no coincide con los valores cristianos. Los cristianos creen en Dios y en su infinita misericordia, mucho más fuerte que el mal en el mundo. El que está con Dios no teme».
Al respecto, marcan que «no es bueno que los niños entren como jugando en los caminos del ocultismo y del terror, porque hoy que hay tanta información y tanta posibilidad de conectividad, los niños pueden entrar a páginas inconvenientes y comenzar un camino de imprevisibles consecuencias».
Sin querer «ofender a nadie», advierte el escrito, la curia jujeña recomendó a las familias católicas que sería mucho mejor ofrecerle a los niños «la posibilidad de conocer e imitar la vida de los santos», e invitó (por ayer) a que el 1 de noviembre, celebración del día de todos los santos, «los niños, si quieren, se disfracen de santos y ofrezcan estampitas en vez de otras cosas».
«Animamos a nuestras comunidades y a todo hombre de buena voluntad a transformar estas celebraciones con la levadura del Evangelio que nos exhorta a la santidad de vida», finalizó el escrito.
