El reporte es la última de la serie de advertencias que el jefe de la ONU ha emitido en los últimos meses sobre la crisis humanitaria y económica que se aceleró después de que los talibanes tomaron Kabul, cuando se fueron las últimas tropas extranjeras lideradas por Estados Unidos y los donantes internacionales cortaron una ayuda financiera clave.
Guterres recomendó que el Consejo apruebe una reestructuración de la misión de la ONU para hacer frente a la situación, incluida la creación de una nueva unidad de supervisión de los derechos humanos.
La misión de la ONU «sigue recibiendo denuncias creíbles de asesinatos, desapariciones forzadas y otras violaciones» contra exfuncionarios, miembros de las fuerzas de seguridad y personas que trabajaron para el contingente militar internacional liderado por Estados Unidos, a pesar de una amnistía general anunciada por los talibanes, según el informe.
La misión ha determinado como reportes creíbles que más de 100 de esos individuos han sido asesinados, más de dos tercios de ellos presuntamente por los talibanes o sus afiliados, desde el 15 de agosto, dijo.
También hay denuncias creíbles de ejecuciones extrajudiciales de al menos 50 personas sospechosas de pertenecer a la rama local del grupo militante Estado Islámico, según el informe.
«Los defensores de los derechos humanos y los trabajadores de los medios continúan siendo objeto de ataques, intimidación, hostigamiento, arrestos arbitrarios, malos tratos y asesinatos», detalló. (Reporte de Jonathan Landay. Editado en español por Marion Giraldo)
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