Oriana Sabatini y Paulo Dybala vivieron 40 días de amor en Italia, en la primera prueba de fuego de su noviazgo. El desafío se superó con éxito y pasó rapidísimo para los novios; la cantante ya está de vuelta en la Argentina, aunque sin mucho entusiasmo por retomar su vida en el país. «Venir al frío es como una cachetada en la cara», se sinceró, ante los medios que la esperaban en Ezeiza.
Oriana y Dybala estuvieron primero de vacaciones en Grecia y después se instalaron en Torino, la ciudad donde él juega al fútbol. Dos destinos soñados. «Allá es verano, todo calorcito, todo lindo, pero igual estoy re contenta porque voy a ver a toda mi familia y a mis amigas», contestó, cuando le preguntaron si había extrañado Buenos Aires.
Y aunque admitió que la convivencia funcionó a la perfección, aclaró que su idea, por ahora, no es instalarse en Italia. «No, nunca dejaría todo. Siempre tendría mis cosas porque creo que es lo que le hace bien a uno. Igual, paso a paso, no quiero apurarme con ninguna decisión porque es una relación que aprecio mucho y quiero que funcione. No quiero tomar ninguna decisión precipitada», confesó.
Entonces, volvió a afirmar que no pretende dejar su ascendente carrera como cantante e it girl de lado. «Eso lo voy a hacer toda la vida, ya sea con mi carrera o con lo que me haga feliz. Creo que tener tus cosas le hace bien al alma… Una relación a distancia implica tener las prioridades bastante claras, pero mientras haya amor, creo no hay problema», explicó.
¿Planes de casamiento? ¡Ni ahí! «Somos chiquitos», cerró.