Con gran devoción este lunes se celebró la fiesta central en honor a San Expedito en la capilla Nuestra Señora de Pompeya. La santa misa estuvo presidida por el padre Francisco Miguel Barrientos, que actualmente acompaña a la comunidad de Sagrado Corazón de Jesús.
Como cada 19, los fieles se acercaron al templo a profesar su fe al «Patrono de las causas justas y urgentes» y participar de una celebración que se realizó en el patio de la Capilla haciendo cumplir todos los protocolos.
En su homilía el párroco destacó: «En este tiempo de pandemia urge la paz, la salud, fortalecer la educación, pero también urge mirar, buscar y recibir la bendición de Jesús. Urge tener un encuentro de corazón abierto y palpitante con el Dios de la Vida».
Destacó además que el Evangelio expresa «Yo soy el Pan de Vida, el que viene a mi jamás tendrá hambre». En ese contexto indicó: «Hay personas que tienen hambre de paz, hambre de confianza, hambre de fe, hambre de reconciliación sin tener en cuenta que Jesús es el Pan de Vida, sacia y quita el hambre. Por ello siempre, ante cualquier circuntancia debemos buscar al Señor porque será él quien transforme tu vida».
«Jesús nos da el mejor alimento -continuó- el pan de la Palabra y el pan de la Eucaristía, con humildad debemos dejarnos alimentar por Dios; pero desde mi rol de joven, de sacerdote, de mamá, de papá tengo que ser alimento para los demás dando amor, alegría, respeto, dando un buen testimonio y siendo ejemplo de vida. Se necesita humildad para dejar que Dios me alimente y se necesita generosidad para ser alimento de los demás».
Antes de culminar la celebración eucarística, el padre Francisco realizó la Adoración al Santísimo pidiendo por la salud de todos los enfermos.