Este sábado se desarrolló la misa mensual en honor a Nuestra Señora de la Dulce Espera y se celebró el quinto año de trabajo pastoral del padre Gastón Cuello en la parroquia Cristo Rey.
Como cada 15, se agradeció por los bebés recién nacidos, por los embarazos y se pidió por las parejas que buscan ser bendecidas con la llegada de un hijo.
«El pedido que cada uno de nosotros realiza con mucha fe es escuchado. Jesús trae la paz ante el miedo, el desconsuelo, la desesperación porque ningún bautizado pide algo que él no pueda realizar», expresó el padre Cuello en su homilía.
Más adelante expuso: «En la comunidad es donde el Señor se va manifestando, interpretemos el mensaje de Dios para seguir siendo sus apóstoles y llevar su palabra a los hermanos. Pidamos a María de la Dulce Espera que nos acompañe porque hemos sido engendrados para reconocer esa miericordia de Dios».
Posteriormente realizó la tradicional bendición a las embarazadas, a los recién nacidos y a las parejas que fueron a pedir por el milagro de la vida a la Madre.
Antes de finalizar la ceremonia, la comunidad de Cristo Rey homenajéó al padre Gastón exponiendo un video que sintetiza importantes momentos de su labor pastoral en los últimos cinco años.
Por último el sacerdote se dirigió a los presentes señalando su agredecimiento: «Yo estoy muy feliz de estar con ustedes durante estos cinco años. He llegado aquí con tres años de sacerdocio y sigo aprendiendo; le pido siempre al Señor el seguir aprendiendo, cambiando todas esas cosas que necesito para ser semejante a él. Se que me falta mucho, pero poco a poco vamos a ir juntos caminando, construyendo y haciendo realidad este reino de Dios».
«Gracias por el cariño, no sólo para mi sino para cada miembro de mi familia. Ustedes son mi familia ahora, los que me sostienen, con los que voy haciendo esta tarea, soy sacerdote pero sin comunidad no se puede hacer nada; Gracias por todo este tiempo de alegría y felicidad», concluyó.
