Este jueves los fieles católicos se volcaron a las parroquias para participar de la celebración Eucarística del Jueves Santo. Oportunidad en que se conmemoró la Última Cena donde Jesús instituyó la Eucaristía y el Orden Sacerdotal y se realizó el gesto del lavado de pies.
En la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, la Santa Misa fue presidida por el padre Hernán Oroná quien en su homilía destacó: «Que importante es la memoria porque lo que yo sé lo puedo transmitir a los demás para no correr el riesgo de que quede en el olvido. Las primeras comunidades cristianas no tenían los medios para escribir o grabarlo, entonces era fundamental la memoria para recordar gestos, acciones y la palabra de Jesús».
«Hoy hacemos y decimos todo lo que hizo Jesús -continuó- rememoramos la Última Cena, el servicio del lavado de pies. Para los discípulos no era fácil entender el verdadero mensaje si él era el Mesías por qué terminaría como un delincuente; por qué lavaría los pies de los demás como si fuese un esclavo. Si era el Señor, el Maestro no lo debía hacer, sin embargo él demostró su humildad y amor».
Más adelante expuso: «Nuestra tarea hoy es servir, aquello que Jesús hizo con sus discípulos debemos hacerlo con los demás; entregar nuestro servicio con humildad y amor por que es lo que mueve a realizar cada gesto».
«Que bueno que es recordar que todo lo que vivimos tiene un propósito. Judas no lo entendió, no comprendió la voluntad de Dios y el ejemplo de ser generosos, serviciales y amorosos con los demás. ¿Cuál es nuestro propósito? ya estamos caminando hacia la Pascua es hora que meditemos cuál es nuestro propósito a la hora de creer y seguir a Jesús».
Acto seguido, el sacerdote realizó el gesto del lavatorio de los pies a doce miembros de la comunidad parroquial; tal como Jesús hizo con sus discípulos.
Finalizada la ceremonia litúrgica se realizó una procesión con la Eucaristía, para luego continuar con la adoración del Santísimo Cuerpo de Jesús.
