«Exhorto a todas las partes implicadas en el conflicto a respetar el cese de las hostilidades y a fortalecer el diálogo en curso, único camino que conduce a la paz», declaró este domingo el papa Francisco en la plegaria del Ángelus, ante los miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro.
El Sumo Pontífice expresó también su «profundo dolor» ante «la espiral de violencia que sigue agravando la ya desesperada situación humanitaria del país, en particular en la ciudad de Alepo».
El sábado, unos 30 bombardeos del régimen de Bashar al Assad cayeron sobre los barrios rebeldes de la ciudad y causaron diez muertos, entre ellos dos niños.
El mismo día, decenas de familias huían del barrio de Bustan al Qasr, blanco de bombardeos desde hace días. Algunas se refugiaban en zonas más seguras, otras abandonaban la ciudad por la carretera del Castello, la única salida posible, muy peligrosa por el riesgo de emboscadas.
Desde el 22 de abril, más de 246 civiles murieron en los ataques del ejército y de los rebeldes.
