El jefe de Gabinete, Marcos Peña, volverá a dar su informe sobre la marcha del Gobierno en plena campaña electoral.
El oficialismo comunicó este martes al resto de los bloques que el jefe de ministros irá a la Cámara baja “durante el mes de octubre” a dar su informe de gestión, y habilitó un plazo de 48 horas “para las preguntas”. El punto es que se aclara específicamente que hay tiempo hasta el miércoles 2 de octubre hasta las 20. Por lo que, en realidad, el plazo real es de poco más de 24 horas.
La comunicación, sin embargo, aún no precisó la fecha exacta en la que Peña deberá enfrentarse en el recinto a los diputados de la oposición, aunque sí será antes de la elección del domingo 27 de octubre. Según había trascendido desde el Parlamento, no había consenso entre el oficialismo y la oposición para que el funcionario concurriera. De hecho, su última visita al Congreso había sido el 10 de abril, también en Diputados.
En esa sesión informativa, Peña se cruzó con legisladores del kirchnerismo, que lo esperaron en sus bancas con la leyenda “#BastaDeMentir”: lo recibieron con duras reprimendas por la crisis del programa económico de Mauricio Macri.
Peña, de todos modos, se mostró optimista. “Creo que no nos vamos a ir en diciembre. Los argentinos no van a volver atrás”, dijo, efusivo, en medio de una catarata de gritos del bloque del Frente Para la Victoria-PJ. Lo mismo había dicho en el informe anterior, pero ante los senadores.
Pero lo que el jefe de Gabinete no se imaginaba fue que al final de esa sesión recibiría un crítico mensaje interno por parte de Nicolás Massot, que reemplazó a Mario Negri –de licencia por la campaña cordobesa– en el discurso de cierre. Massot habló durante quince de minutos de la búsqueda de consensos y de replantear la estrategia electoral de cara al futuro. Sus palabras no cayeron bien en la Jefatura de Gabinete. El diputado se fue al tiempo a cursar una maestría en Relaciones Internacionales en Yale, Estados Unidos.
El Congreso está en estos días virtualmente paralizado, atravesado por la campaña política de cara a las elecciones generales. No hay previsiones, en ese sentido, del eventual tratamiento del proyecto de ley de reperfilamiento de la deuda pública que la Casa Rosada giró a través de la Cámara baja. Tampoco de la suerte del Presupuesto 2020.
