Pérez Esquivel, desde el Vaticano: «Hay submarinos nucleares en las Malvinas, ocupadas por el Reino Unido»

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 Al hablar hoy en una reunión internacional sobre desarme titulada «Perspectivas para un mundo libre de armas nucleares», organizada por el Vaticano, el premio Nobel de la Paz argentino, Adolfo Pérez Esquivel , denunció la existencia de submarinos nucleares en las islas Malvinas .

«Es indignante lo que está pasando. Podemos hablar de muchos tratados internacionales contra las armas nucleares, pero no se respetan. En América latina tenemos el tratado para la proscripción de armas nucleares de Tlatelolco, pero tenemos submarinos nucleares en las islas Malvinas, ocupadas por el Reino Unido», acusó.

«En América latina tenemos los tratados de prohibición de armas nucleares, pero estamos llenos de bases norteamericanas que dicen defender la democracia pero defienden sus intereses», agregó, en un discurso en el que llamó a «ser rebeldes frente a las injusticias».

En su discurso Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz en 1980, sin medias tintas, aseguró que si no hay un desarme nuclear es porque «no hay voluntad política».

También recordó que Juan XXIII, en su encíclica Pacem in Terris, de 1963, hizo un llamado a la conciencia de los pueblos para que cesara la carrera armamentista y se prohibieran las armas atómicas. Y subrayó que desde entonces no sólo no se redujo, sino que se aumentó el arsenal nuclear. «Hay 14.000 mil armas nucleares en manos de Estados Unidos y Rusia, hay armas nucleares en Italia, Israel, Francia, China. ¿Hacia dónde va el mundo con esto?», preguntó. «No hemos reducido el arsenal nuclear, pero ha aumentado la pobreza, el hambre. El hambre es un crimen», afirmó.

Contó asimismo que viajó a Irak con la premio Nobel de la Paz irlandesa Mairead Corrigan-Maguire -también presente en el encuentro-, donde vio el «horror» de la guerra. Al respecto, denunció que «nadie habla de las bombas de uranio empobrecido que dejan secuelas en generaciones, del agua contaminada, de las malformaciones genéticas, de la situación cada vez más degradante de la naturaleza y del saqueo que sufre el pueblo de Irak».

Pese a todo, se manifestó un «pesimista esperanzado», convencido de que hay posibilidad de cambiar. «La historia la escriben los pueblos y es ahí donde tenemos que trabajar. Los pueblos tienen que estar puestos de pie, las iglesias, las organizaciones sociales, tenemos que levantar la voz para decir basta. No quiero generaciones de esclavos. No quiero que nos dominen las grandes potencias que no quieren desarmarse porque están dominando el mundo», dijo.

Finalmente, llamó a una revitalización de la organización de Naciones Unidas. «Hoy está formada por más de 193 Estados, con cinco potencias que ponen condiciones en el Consejo de Seguridad: esto es inmoral e injusto. Tenemos que levantar la voz para señalar estas cosas», concluyó, cosechando aplausos en el auditorio.

En diálogo con LA NACION, Pérez Esquivel elogió el llamado del Papa a hablar del desarme y a provocar reflexiones sobre el tema y lamentó que en la Argentina algunos no entiendan el liderazgo global que ha adquirido Jorge Bergoglio. «Están muy encerrados en sí mismos. En la Argentina no se tiene una visión de los procesos latinoamericanos y menos de los procesos mundiales».

Elisabetta Piqué/La Nación

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