«Polémica en el Bar»: las lágrimas de Albertito Olmedo al conocer a «Kiko» de «El Chavo del 8»

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La presencia de Carlos Villagrán en Polémica en el Bar, por América, causó una gran revolución entre los integrantes de la mesa, los técnicos y productores  del programa y el público en general, que se agolpó en las afueras del estudio para tratar de conocerlo y sacarse una foto con él.

El momento más emotivo de la noche se vivió cuando el actor mexicano que se hizo famoso por su interpretación de Kiko en El Chavo del 8, se fundió en un abrazo con Albertito, el hijo del recordado Alberto Olmedo. Es que Villagrán era un gran admirador del Negro y, casualmente, el joven es fanático de él.

«¿Sabés la historia de Alberto Olmedo?», le pregunto Mariano Iúdica, conductor del ciclo, a Villagrán. «Sí, cómo no: el Negro Olmedo. De Rosario. ¿Que más quieres que te diga?», respondió Carlos dispuesto a explayarse sobre el humorista, dado que vivió algunos años en la Argentina y ha venido de gira en varias oportunidades.

Inmediatamente, Iúdica le señaló a alguien detrás de cámara y le dijo: «Ahí está el hijo, que te vino a ver a vos, Albertito Junior».

«¿Tu eres?», le preguntó Villagrán al muchacho. Y, luego de que éste lo saludara, le aseguró: «Yo admiré a tu padre mucho tiempo, maestro».

En ese momento, el mexicano y Albertito se fundieron un abrazo que emocionó a todos.

«Nos hizo reír a cantidad de gente. Es un placer, es un honor (conocerte).  Muchísimas gracias. Un beso al señor padre que nos está viendo allá», explicó entonces Villagrán, haciendo un gesto hacia el cielo.

A esa altura, Albertito ya no podía contener sus lágrimas. «Muchísimas gracias a vos, a ustedes. Porque lo que toda la gente que me ha hablado de mi viejo, lo estoy sintiendo ahora con usted…. Usted es un ídolo… Tengo un nudo acá que no puedo hablar, nunca me pasó esto», dijo el hijo del Negro.

«No te apene llorar. Tú sabes que llorar es humano y desahoga. Llorar es totalmente humano. No tiene nada que ver con otra cosa. Si quieres llorar, llora. Sácalo. Va pa’ fuera», lo consoló Villagrán.

Pero Albertito no podía con su emoción. «Lo sé….El estar hablando con vos, es algo que no puedo creer», explicó.

Y, como para amenizar el momento, el mexicano se puso en la piel de Kiko y con su tono de voz le dijo: «Pues sí estás hablando conmigo, fíjate». «Si no me tienen paciencia», contestó, ya sonriente, Albertito, antes de retirarse.

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