La propuesta de Schmidt generó de inmediato reacciones a favor y en contra en todo el país.
Desde el oficialista Partido Democrático, la diputada Rosa Maria Di Giorgi consideró que se trata de una «idea interesante», según publicó hoy la edición florentina del diario Repubblica.
«Florencia siempre debe estar protegida. Con la ayuda de aquellos operadores económicos frente a cuyos locales los clientes están sentados en las veredas», planteo Di Giorgi.
Desde la también oficialista Liga, sin embargo, Federico Bussolin consideró que «ahora hablar de impuestos es una locura».
«Más bien trabajemos para instalar bancos y hacer cumplir las reglas y el sentido común», sostuvo el jefe de bloque de la fuerza derechista en el Parlamento local.
Desde la asociación comercial Confartigianato, Paolo Gori aseguró que se trata de «una idea absurda, sin sentido».
«En este momento delicado de recuperación de la energía no tiene sentido. Un nuevo impuesto condenaría a muchas empresas al cierre«, agregó.
Desde otra de las patronales del comercio, Confesercenti, según publica hoy Repubblica, Santino Cannamela aceptó que «Schmidt pone un tema importante en el debate porque, si bien estamos en contra de nuevos impuestos, hace falta una nueva ley sobre el sistema de licencias a los negocios».
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