Varios años después de asumir su gestión en la Universidad Nacional de Tucumán, el vicedecano de la Facultad de Derecho, Miguel Marcotullio logró desentrañar una estafa que, desde 2004 hasta 2006, se había llevado a cabo en esa casa de altos estudios.
Es que varios alumnos de la carrera de Derecho, en complicidad con personal del Departamento de Alumnos, compraban la aprobación de materias por cifras que iban desde los 200 hasta los 500 pesos.
«Cuando asumimos la gestión en 2006 empezamos a tener conocimiento de un manejo irregular y en febrero de 2007 hicimos lo que como autoridad pública teníamos que hacer: al tener pruebas fehacientes de que se adulteraban notas en el sistema informático y de carga de certificados analíticos pusimos la denuncia en el Rectorado para que iniciara el sumario pertinente y enla JusticiaFederal», contó Marcotullio a Radio 10.
Finalmente, el sumario administrativo terminó por estos días en el ámbito de la Universidad Nacional de Tucumán con las conclusiones y consejo de sanciones pertinentes.
«Cuando el profesor eleva las planillas de exámenes, personal jerárquico de la universidad tiene el poder de operar en el sistema cargando las notas del acta manual al sistema informático», explicó Marcotullio acerca de la operativa de carga de notas.
Así es que –relató el funcionario- «alumnos que figuraban con ausente o aplazo aparecían con 4 aprobando la asignatura».
«Sabemos que hubo dinero de por medio. La denuncia involucra a 99 alumnos y muchos de ellos arrepentidos contaron cómo era el mecanismo. El precio iría desde 200 hasta 500 pesos, aunque salvo la declaración de algún implicado, no se pueden precisar las cifras», especificó.
El sumario administrativo desarrollado por el Departamento de Asuntos Legales de esa universidad determinó «tres sanciones de exoneración, dos cesantías y cuatro apercibimientos para los empleados del área de Alumnos, según el grado de compromiso en la carga de las notas apócrifas», detalló Marcotullio.
Asimismo, los alumnos implicados recibieron la expulsión para todo el ámbito dela Universidad de Tucumán, pero no para todo el sistema educativo. «De hecho, todos los involucrados están suspendidos en nuestra facultad, pero algunos volvieron a registrar su matrícula en una universidad privada para empezar de cero sus estudios», concluyó.