Por primera vez en la provincia de Jujuy, una iglesia del barrio Alto Comedero bautizó a una bebé, hija de dos madres que al principio tuvieron respuestas negativas de algunos sacerdotes, pero luego recibieron la aprobación del padre de la iglesia «Medalla Milagrosa» del barrio Alto Comedero, al cual le agradecen.
El Obispado modificó el certificado de bautismo cambiando a femenino la añadidura donde van los datos del padre.
El bautismo se llevó a cabo el sábado 14 de marzo y prosiguió con un festejo familiar y con amigos. En ese sentido, Melisa Zambrano, una de las mamás de Felicitas mencionó, en diálogo con El Tribuno de Jujuy que «cuando nos dieron el certificado de bautismo fue una felicidad enorme, es el primer certificado con dos mamás y es un paso importante porque muchas veces la iglesia se pone en contra de esto. Nosotros queremos que esto sea algo natural y no de otro mundo, estamos muy felices y nuestra familia también, ellos nunca nos dejan de acompañar».
Previo a eso buscaron realizar la ceremonia en otras iglesias y la respuesta fue negativa, «un cura me dijo que no podía bautizar si no estábamos casados por iglesia, o si no éramos madre o padre soltero. Le expliqué la situación, pero dijo que no quería tener problemas. Obviamente que no le echo la culpa, el solo está en este sistema y no se anima a hacer ciertas cosas», señaló.
Cabe mencionar que el caso de Felicitas también es conocido por ser ella la primera bebé que logró inscribirse en el Registro Civil teniendo dos madres.
La lucha de estas dos madres siempre tuvo sus resultados ya que en un primer momento tuvieron inconvenientes para inscribir a la bebé en el Registro Civil y lo mismo pasó cuando fueron rechazadas en algunas iglesias jujeñas. Pero siempre encontraron la solución gracias a otras personas que trabajan en ambas instituciones que las respaldaron para poder concretar con normalidad la inscripción y el bautismo.
Asimismo, comentó que «por un momento pensamos que nos iba a pasar lo mismo que en el Registro Civil pero no fue así. Conseguimos primero un padre en Monterrico hasta que por un amigo en común hablamos con el párroco de las iglesias de Alto Comedero».
«Primero no me animaba, estaba un poco desanimada, pero recibimos mucho cariño por parte de este padre que nos dijo que a él no le interesaba la orientación sexual de sus madres, solamente que sean cristianas y que la pequeña reciba el sacramento. Desde un principio se mostró muy contento con hacerlo», remarcó.
Así se emitió el primer certificado expedido por la iglesia a una comaternidad que además fue muy celebrado por toda la comunidad Lgbtiq. En el documento, al igual que en la partida de nacimiento, se colocó que el nombre de las dos madres, como corresponde. «Se dio justo antes de la cuarentena, fue el último bautismo que se hizo», dijo.
Un mensaje a la sociedad
«A la gente que está en una situación similar a la nuestra les digo que se animen porque no todas las personas, ni los curas son iguales. No hay que generalizar porque siempre hay personas muy buenas, el padre Kioko me demostró todo eso. Él dijo que no era quién para juzgar y que estaba feliz por tener otra cristiana en su iglesia», expresó Melisa Zambrano.
Un amor en contra de prejuicios
Melisa Zambrano y Patricia Fermoselle se conocieron a mediados del 2016 y fue tan intenso el amor que las juntó bajo un mismo techo a meses de haberse conocido. Ese enamoramiento hizo que además de irse a vivir juntas, la pareja empiece a hacer planes a futuro y a tener sueños que también al poco tiempo se hicieron realidad.
A fines de ese año se comprometieron y de inmediato se casaron. “Fue más difícil para ella, yo como soy más chica soy de otra época. Los prejuicios siempre están, aunque no lo tenemos. Ella tenía más prejuicios que la gente y nos costó bastante tener una relación de lo que se dice normal. Para mí esa palabra es bastante complicada porque todo es normal”, manifestó Melisa Zambrano.
Siguió diciendo que “eso costó más, pero ella lo fue aceptando. Mucho tuvo que ver el acompañamiento de nuestra familia y amigos en todo momento. Gracias a Dios ellos siempre estuvieron”.
Tras casarse, empezaron a soñar con agrandar la familia y se fueron preparando para eso, “siempre, desde un primer momento yo, en mi plan de vida, quería casarme y tener otro hijo, ya tengo uno de 12 pero ella no. En eso, ella me acompañó y desde un primer momento me dijo que cuando se dé la oportunidad lo hagamos”, sostuvo.
Sobre la pareja explicó que “nos conocimos y todo fue muy rápido. Al mes nos comprometimos y a los tres meses decidimos casarnos, de inmediato iniciamos con los preparativos para la boda que fue muy especial”.
En relación a la llegada de la pequeña indicó que “siempre lo fuimos hablando, la bebé fue mu deseada, no había dudas de que íbamos a agrandar nuestra familia”.
Por último afirmó que “el tratamiento de fertilización asistida lo hicimos en otra provincia y fue un tratamiento bastante largo y complicado, lleva su preparación emocional y física porque no es algo que se da de un día para el otro como una relación heterosexual”.
Fede Franco/El Tribuno Jujuy