Omar Bin Laden dio a una entrevista al diario británico The Sun donde contó la dura infancia que tuvo que atravesar a causa de su padre, Osama, líder de la organización terrorista Al Qaeda, y los prejuicios que todavía debe soportar por su apellido.
Durante su niñez en Tora Bora, Afganistán, sus mascotas fueron utilizadas para probar armas químicas. “Lo vi”, dijo Omar sobre los horribles experimentos químicos que hicieron los compañeros de su padre.
“Lo probaron con mis perros y no estaba contento”, aseguró. Y reflexionó: “Solo trato de olvidar todos los malos momentos tanto como puedo. Es muy difícil. Sufres todo el tiempo”.
Una infancia marcada las armas
A tan poca edad, se le enseñó a disparar un rifle de asalto AK-47 en los campos de entrenamiento de terroristas. Omar, de 41 años, que le dio la espalda a su padre yihadista antes del 11 de septiembre, se definió a sí mismo como “otra víctima”.
Omar es pintor y sus obras se venden hasta en 8.500 libras esterlinas cada una. “Mi tema favorito son las montañas después de vivir en Afganistán durante cinco años”, señaló mientras pintaba. “Me dan una sensación de seguridad, como si fuera intocable”, agregó.
Junto a Omar se encontraba su esposa, mentora y confidente Zaina Bin Laden, que cuando era conocida como Jane Felix-Browne, era concejala parroquial en Moulton, Cheshire, en Reino Unido.
Zaina, de 67 años y seis veces casada, describió a Omar como “su alma gemela” aunque señaló que su esposo todavía tiene “traumas” y “sufre estrés y ataques de pánico”. La difícil relación con su padre lo llevó a consultar a terapeutas y a tomar medicamentos.
“Omar ama y odia a Osama al mismo tiempo. Lo ama porque es su padre, pero odia lo que ha hecho”, aseguró Zaina.
Omar salió de Afganistán en abril de 2001, apenas cinco meses antes de que Al Qaeda estrellara aviones de pasajeros contra las Torres Gemelas de Nueva York, matando a casi 3.000 personas.
Al recordar su última conversación con su padre, reveló: “Me despedí y él se despidió”. “Ya había tenido suficiente de ese mundo. No estaba feliz de que me fuera”, explicó.
La muerte de Osama Bin Laden
Nunca volverían a hablar. Omar estaba en Qatar el 2 de mayo de 2011 cuando escuchó la noticia de que los Navy Seals de EE. UU. habían asesinado a su padre en una casa de seguridad de Pakistán. No derramó lágrimas por su padre asesinado.
Reconoció el cadáver de su hermano Khalid a partir de imágenes en Internet del recinto asaltado en la ciudad de Abbottabad. Con el ceño fruncido, Omar reveló: “Pensé que todo había terminado y que no iba a sufrir más. Y me equivoqué, porque la gente todavía me juzga hoy”.
Le hubiera gustado un funeral para cerrar el duelo. El relato oficial de EE.UU. es que el cuerpo de Bin Laden fue enterrado en el mar desde el portaaviones USS Carl Vinson dentro de las 24 horas posteriores a su muerte.
“Hubiera sido mucho mejor enterrar a mi padre y saber dónde está su cuerpo. Pero no nos dieron la oportunidad. No sé qué le hicieron. Dicen que lo tiraron al mar pero yo no me lo creo”, sostuvo Omar y agregó: “Creo que llevaron su cuerpo a Estados Unidos, para que la gente lo viera”.
Fuente: tn