El presidente ruso, Vladímir Putin, firmó hoy el decreto para el primer llamamiento a filas de 2024, que amplía la edad hasta los 30 años, tres más que en el anterior de otoño de 2023, y afectará a 150.000 rusos.
”Efectuar entre el 1 de abril y el 15 de julio de 2024 el llamado al servicio militar de ciudadanos de Rusia en edades entre los 18 y 30 años”, señala el documento publicado en el portal de información legal del Gobierno ruso.
El decreto no se extiende a quienes cumplieron los 27 años antes del fin de 2023 y los reservistas que tienen 28 y 29 años.
También prevé una moratoria del servicio a los ciudadanos que trabajen en compañías informáticas.
Además, establece liberar a los soldados, marineros, sargentos y cabos que ya concluyeron su servicio.
El contraalmirante Vladímir Tsimlianski, el jefe de Organización y Movilización del Estado Mayor General ruso, informó la semana pasada que los reclutas recién llamados a filas no participarán en la guerra con Ucrania ni serán enviados a las regiones ucranianas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, anexionadas en 2022.
Intercambio de prisioneros
Las autoridades de Rusia y de Ucrania han confirmado el viernes un nuevo intercambio de caídos en combate, 29 militares rusos por 121 ucranianos, en el primer canje de esta naturaleza desde hace dos semanas.
El intercambio ha sido confirmado por la parte rusa por el diputado ruso y representante del grupo de coordinación de la Duma para operaciones militares, Shamsail Saraliev.
“Nos han devuelto los cuerpos de 29 de nuestros soldados muertos”, ha asegurado a la cadena RBC. Ucrania, por su parte, ha confirmado la recepción de 121 militares fallecidos a través de su Centro de Coordinación para el Tratamiento de Prisioneros de Guerra en un comunicado recogido por la agencia Ukrinform.
El centro ha aprovechado para agradecer al Comité Internacional de la Cruz Roja su mediación en el proceso de intercambio.
Nuevos ataques rusos
Rusia lanzó en las últimas horas una nueva oleada de ataques contra Ucrania que incluyó 99 drones y misiles, enfocados principalmente en su infraestructura energética. En esta oportunidad fueron blanco de las maniobras diez regiones, entre ellas la localidad de Myrivska, en la región sureña de Dnipropetrovsk, Potava y Cherkasy -éstas dos últimas, bases de sitios de producción energética-.
Si bien los sistemas de defensa de las fuerzas ucranianas lograron destruir 84 objetivos aéreos enemigos, entre ellos 26 misiles y 58 drones Shahid iraníes, esto no evitó la muerte de un civil y heridas en otras seis personas, así como interrupciones en el suministro del servicio.
Tras confirmar un “ataque masivo”, el operador nacional Ukrenergo informó que se vio obligado a suspender la electricidad “hasta la noche” en tres regiones por una “falta de capacidad de producción”. Por su parte, el proveedor DTEK precisó que tres de sus centrales térmicas habían sufrido daños.
Estas dificultades se suman a las ya existentes en la ciudad de Kharkiv, que desde el ataque del 22 de marzo continúa a oscuras.
EFE y EP/Infobae