En la jornada del viernes, y tal como ocurre todos los años, se desarrolló la tradicional misa de Navidad. En la oportunidad el padre Gastón Cuello expresó, «que este nacimiento reavive el espíritu del reencuentro con Emanuel, el Dios con nosotros«; a la vez afirmó, «el amor está vivo y es lo que salva al mundo».
Como suele suceder para estas fiestas especiales, la comunidad católica se dirigió a los templos para participar de la Celebración Eucarística en la que se celebró la venida del Salvador.
Tras la lectura del evangelio, el padre Cuello (de la parroquia Cristo Rey) señaló, «este viernes observé que había un montón de gente en el parque, algunos tomaban mate, niños jugando y otros hacían gimnasias. Me preguntaba cómo, en este tiempo actual, vivimos el nacimiento del Salvador».
En este contexto acotó, «para algunos el salvador es el estudio, las vacaciones, la gimnasia. Hay un sin fin de formas de vida».
«El Salvador ha venido para hacernos herededores del Reino; las otras cosas valen la pena hacerlas, pero el equilibrio la esetamos dejando de lado. Le damos más importancia al cuerpo que al espíritu», añadió el presbítero.
Siguiendo su línea discursiva expresó, «si no tenemos a Dios nos falta todo, pero la gente de este tiempo no lo sabe no lo vive, no lo siente».
Por otra parte el padre Gastón Cuello expresó, «fijénsen en los comentarios de la gente en que dejan en las redes sociales cuando fallece un ser querido ´a donde estés´; ´a donde hayas ido´. ¿Y a dónde vamos los hijos de Dios cuando morimos?, a la Casa del Padre. La vida no se acaba sino que se transforma».
«Que este nacimiento reavive el espíritu del reencuentro con Emanuel, el Dios con nosotros. A la gente le hace falta redescubrir para que el mundo retome la esperanza puesta en Él. Todas las seguridades que teníamos se nos van cayendo, la única que no nos va abandonar es el amor de Dios», añadió.
Sobre el final de su mensaje el padre Cuello precisó, «la esperanza tiene que resurgir en este nacimiento. Él es el consuelo para todo mal. Vayamos trabajando, meditando para que la Palabra se haga carne en todos para que el mundo vea la luz. No nos detengamos porque el Señor nos dice creo en vos, confío en vos, el amor está vivo y es lo que salva al mundo».