A través de la campaña #YoAmoMiPlaya, logró convencer a los concejales del partido bonaerense para que a través de una ordenanza Pinamar se convierta en la primera ciudad del país libre de sorbetes y vasos de plástico de un solo uso.
«Los sorbetes son productos que por su tamaño no suelen ir a reciclaje, pero además son muy difíciles de reciclar, porque están hechas con un derivado del plástico muy difícil de romper», afirmó el activista y explicó que «cuando se descomponen tiene muchas sustancias que contaminan el océano».
Los sorbetes son el cuarto desecho plástico más común en las costas y océanos, y pueden tardar entre 150 y 1.000 años en descomponerse.
A principios de este año, la campaña «Stop Sucking» de la ONG estadounidense Lonely Whale se hizo mundialmente conocida por impulsar actividades en contra del uso del sorbete, donde se advertía que solamente en Estados Unidos se desechan 500 millones de pajitas todos los días y que para 2050 el océano tendría más plástico que peces.
«Queremos que Argentina sea el primer país en legislar en esta materia, no hay ningún país que lo haya hecho«, pidió Caminata y aseveró que «queremos contagiar el cuidado del ambiente, entender que somos todos uno».
Los Andes