Rodolfo D’Onofrio se acerca a la política: «Grieta es lo que pasa en Medio Oriente, lo de acá es apenas un charco»

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El 17 de diciembre de 2017, Rodolfo D’Onofrio fue reelecto como presidente de River. Inició, de ese modo, su segundo mandato al que todavía le quedan tres años. D’Onofrio no descuida el día a día de la gestión en el club de Núñez, pero también se permite pensar por fuera de la dirigencia deportiva. Parte de su tiempo lo dedica al espacio que recién conformó junto a Facundo Manes y Juan Carr.

¿En qué consiste ese espacio?

-Ese espacio tiene que ver con pensar y analizar de qué manera podemos ayudar a construir puentes de unión entre los argentinos. Hay millones de pobres que necesitan respuestas ya. Necesitamos de una vez por todas que la educación sea un tema central en la toma de decisiones de los políticos. Puedo entender que haya diferencias de criterios entre un economista ortodoxo y uno heterodoxo, pero lo que no voy a entender es que no podamos tener un proyecto educativo. Estamos conformando un espacio plural. Por ejemplo ayer estuve hablando con Marcelo Tinelli a ver si tenía inquietudes.

-¿Qué le respondió Tinelli?

-Tinelli me dijo que tiene una gran inquietud de lo que ocurre en el país. Hoy no tiene tanto tiempo, está dedicado a su programa de televisión, pero tuvimos un acercamiento. De todas formas, no estamos haciendo un partido político. Queremos un espacio en común, ir sumando gente que quiera ayudar.

-¿Ve una sociedad muy dividida?

-Esto no es una grieta. Yo soy «antigrietista». Lo que hay acá es apenas un charco. Grieta es lo que pasa en Medio Oriente. Los que quieren crear una grieta porque piensan que de esa manera van a llegar a la presidencia, están equivocados. Los argentinos queremos puentes de unión. Que sí no aceptemos la corrupción, que sí no aceptemos que haya dueños del país. Los dueños del país somos los ciudadanos. A los políticos les pedimos que solucionen problemas. A mí no me eligieron para ser el rey de River, me eligieron para solucionar problemas. River tenía problemas económicos-financieros, no ganaba campeonatos y también asumimos un compromiso por la sociedad. Hoy tenemos más de 50 lugares en los sitios más vulnerables del país.

¿Se imagina ocupando algún cargo político?

-No, no me imagino ocupando ningún cargo. No queremos ser políticos. Hacemos política, pero no política partidaria. Hacer política es tratar de generar ideas, conceptos, proyectos que se conviertan en políticas de Estado y el día de mañana las utilice quien corresponda. Los que tenemos ansiedad, nos preocupamos por el resto de la sociedad. No puede ocurrir que hoy haya chicos que no van al colegio, que están mal alimentados o que viven en la misma habitación junto a otras ocho personas.

-¿Con qué partido político ve más compatibilidad?

-Con ninguno en especial. No es que no me guste la política o no la acepte. Bienvenida la política. Me parece muy bien que se haga política partidaria, pero nosotros estamos en otro plano. Lo que estamos tratando de hacer es dar herramientas a los políticos. Después está en los políticos tomarlas o no.

Mencionó mucho la palabra «educación». Hoy la mitad de los chicos no termina la secundaria, por ejemplo. ¿Por dónde cree que se empieza una reforma educativa?

-Es algo conjunto. Tenés que hacer una reforma educativa, tenés que alimentar a la sociedad y lograr proyectos de salud. Son las tres patas y necesitás de todas. No podés educar a alguien que no esté lo suficientemente alimentado o tenga problemas de salud. La enseñanza pública debe volver a tener el nivel adecuado, que lo perdió. Hubo una caída muy grande. Está la necesidad de formar a los formadores: a quienes están enseñando hay que ayudarlos a adaptarlos más al mundo que viene. Me pasa a mí. Por mi edad me cuesta mucho imaginarme cómo va a ser la Argentina tecnológica dentro de 20 años. Pero sí puedo formar grupos de gente joven que esté ideando cómo va a ser. Seguro lo van a pensar mucho mejor que yo. Yo puedo unirlos y dar las bases, pero después son los más jóvenes los que se van a dar cuenta.

-¿Hacia dónde piensa que tiene que cambiar la escuela?

-No solo pasa por implementar robótica en los colegios, muy necesaria para la sociedad que va a venir. Hay que hacerlo del lado de los valores, de la amistad, la unión, el espíritu democrático, que haya igualdad de género, aceptar que el otro piense distinto. Aceptar que uno es abortista y el otro anti-abortista. Es lo que estamos haciendo. Vamos a municipalidades, a reuniones. Tratamos de que no sea una utopía. Y no nos va mal. Nos van escuchando.

-¿Qué opina de la gestión de Mauricio Macri? ¿Le gusta?

-No es un problema de gustos. Es un problema de lo que estamos viviendo. Yo creo que encontraron una realidad que tendrían que haberla contado antes. Tendrían que haber contado cuál era la situación cuando llegaron para que después entendamos las transformaciones que debían hacer. Como ciudadano quiero que a todos los gobiernos les vaya bien cualquiera sea su idea política. Si les va bien a ellos, nos va bien a todos nosotros. La gestión de Macri a mí me va a tocar calificarla el día que me toque votar.

-¿Cómo confluye la idea de representar a un club y también involucrarse en política?

-Yo tengo que tener mucho cuidado como presidente de River. Cuando me eligieron, no lo hicieron para que opine sobre si es bueno ser macrista, kirchnerista, radical, socialista o peronista. Con justa razón el socio de River me puede decir: «Pare, yo lo elegí para ser presidente. No para hacer política partidaria». De eso me cuido todo el tiempo.

-¿Qué 2019 espera? Se habla de una crisis que se va a profundizar.

-Es una pregunta compleja porque sin dudas estamos -dicho por el propio Gobierno- ante una tremenda crisis. Macroeconómicamente no podemos seguir en este camino. No podemos tener el endeudamiento permanente que tiene la Argentina. Tampoco puede seguir habiendo un egreso mayor que un ingreso. Eso no lo aguanta una casa de familia ni tampoco un país. Todas las medidas macroeconómicas que se tomaron son bien vistas en el mundo entero porque Argentina está cumpliendo con ser un país «viable». El problema que tenemos es cómo hacemos para ser viables en la microeconomía, para que las empresas y la gente puedan vivir con tasas del 72%. Necesitamos que esto baje lo más rápidamente posible. En este mientras tanto, van a tener que tomar medidas para paliar los problemas sociales que va a haber.

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