“Esto fue una cama bien clara”. Esas fueron las primeras palabras del delegado del ferrocarril Sarmiento Rubén “El Pollo” Sobrero, luego de ser liberado en el marco de la investigación por la quema de vagones del pasado 2 de mayo.
Sobrero, que había sido detenido el pasado viernes, le agradeció “las muestras de solidaridad” de “las dos CGT”, “las dos CTA” y gremialistas de “Japón, los Estados Unidos, Brasil, Venezuela y Chile”. Sin embargo, aprovechó la ocasión para criticar a las dirigencias sindicales tradicionales.
“No puede suceder más que sigan atacando al gremialismo que piensa distinto, que denuncia a los empresarios, a la burocracia sindical y que no calla ante nadie. Esto fue una cama y se quedaron sin nafta, pero hubo compañeros que la pasaron muy mal”, declaró.
Dentro de los gremialistas “perseguidos” Sobrero nombró a los delegados del subte que no responden a la UTA, a los trabajadores de Kraft y a “todas las conducciones que no se bancan un modelo gremial vertical”.
Sobrero apuntó contra el Gobierno y específicamente contra el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, quien había indicado que había suficientes pruebas para imputar a los gremialistas ferroviarios. “Me preocupa mucho que algunos funcionarios conozcan la causa antes que mis abogados”, sentenció.
Además, confió que el juez de la causa le pidió “perdón” por haberlo detenido y se puso a disposición de “algún fiscal con pelotas” para analizar por qué “los trabajadores viajan como ganado en los subtes”.
“Esto fue armado. Que el señor Aníbal Fernández me deje de perseguir. Él es un jefe de Gabinete y yo apenas un laburante”, cerró.
Luego, en declaraciones al programa Longobardi en Vivo, que se emite por C5N, Sobrero consideró como “vergonzoso” que el juez le haya pedido perdón y explicó por qué, según él, “el único testigo –que declaró en su contra- dijo cosas absurdas”.
“El juez nos plantea la denuncia de una persona que dice que un tal Leo cobró 100 pesos para quemar trenes, y que ese hombre se comunicaba conmigo por handy. Yo no tengo handy. Además, dijo que yo era alto, de 1.80, y yo soy petiso, gordo, nada que ver con la descripción”, precisó el delegado liberado.
La conversación con el magistrado también tocó la denuncia de la empresa: “El juez nos dijo que la empresa siempre relaciona nuestros reclamos salariales con un hecho de sabotaje para incorporar a los tercerizados. Y eso es una mentira porque el Ferrocarril Sarmiento fue el único donde los tercerizados entraron sin conflicto”.
Según Sobrero, “si nosotros queremos parar, hacemos la típica huelga, sin quemar una sola formación”. Y lanzó una acusación: «¿A quién beneficia la quema de trenes los trenes? Las empresas cobran por las reparaciones por parte del Estado, aunque nadie lo sepa”.
La decisión judicial
Tras el dictamen del fiscal Jorge Sica, que se mostró a favor de liberar a los acusados de quemar vagones de la línea Sarmiento, el juez federal de San Martín, Juan Manuel Yalj, le otorgó la excarcelación al sindicalista Rubén Sobrero, a Leonardo Portorreal, y a Rodrigo Peláez y Ángel Hernán Akson.
Estos dos últimos están acusados de ser los autores materiales de la quema de los trenes. En tanto, el magistrado le negó la libertad a los hermanos Fernando y Guillermo Díaz, presuntos barras brava de All Boys.
Los excarcelados fueron liberados bajo caución juratoria y con la prohibición de salir del país, ausentarse del domicilio por más de 48 horas y con la obligación de presentarse una vez por mes en el juzgado, según informó Yalj a los medios de prensa.
El magistrado argumentó que «no hay posibilidad de fuga» de los acusados, que «tampoco quieren burlar la acción de la Justicia ni entorpecer la investigación».
Yalj aclaró que «la figura de los imputados sigue siendo la misma» e informó que «dentro de los próximos diez días se resolverá si hay mérito para seguir adelante con la causa».
En ese sentido, el juez recordó en diálogo con C5N que Sobrero está imputado «por extorsión, estrago doloso y ser el jefe de una asociación ilícita».
El juez reiteró además que se maneja con la hipótesis de la existencia de un «apriete salvaje por medio del sindicalismo de Sobrero», al tiempo que remarcó que «ese apriete está bastante probado» y que seguirá «avanzando en esa línea».
Por su parte, y según precisó el juez, Sobrero acusó a la empresa de ser la responsable de los sabotajes, que incluyeron el «cambio de una cable de alta tensión por otro de baja, para provocar la detención de las formaciones y el cruce de zorras sobre las vías».