El avión P-8A Poseidon, perteneciente a la Marina de Estados Unidos, «realizaba operaciones de rutina en espacio aéreo internacional», el pasado martes sobre el Mar Negro. En un momento, apareció un caza ruso Su-27 y pasó a sólo 60 metros de distancia de la aeronave estadounidense.
La información fue confirmada por la capitana Pamela Kunze, vocera de las Fuerzas Navales de Estados Unidos en Europa. La misma fuente aseguró que el piloto del P-8A consideró que la maniobra fue «segura y profesional», y que no supuso ningún riesgo.
El Ministerio de Defensa ruso difundió este viernes un comunicado explicando que el caza realizó una «maniobra de salutación» hacia el piloto estadounidense. En un primer momento, se había dirigido hasta su ubicación alertado por la presencia de un avión que se aproximaba a la frontera rusa. De todos modos, el P-8A desvió su curso antes de salir del espacio aéreo internacional.
Kunze buscó quitarle todo dramatismo al encuentro y contó que este tipo de interacciones son habituales. Si bien reconoció que un vuelo a sólo 60 metros de distancia es muy rasante, la vocera aseguró que ése es sólo uno entre muchos factores que se consideran para definir un encuentro entre dos aeronaves como peligroso o amenazante.
No obstante, el cruce cobró notoriedad porque se dio en el marco de una tensión creciente entre Washington y Moscú. Las relaciones, que parecían recomponerse tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, empeoraron luego de que el presidente ordenara un bombardeo sobre una base aérea en Siria, el 7 de abril pasado. Vladimir Putin, su par ruso, interpretó el ataque como una provocación a Rusia, dado que su país es el principal sostén del régimen de Bashar al Assad.
